Desde hace más de una década, las voluntarias culturales de la Biblioteca Pública Municipal “Manolita Espinosa” de Almagro han llevado alegría y compañía a los mayores de la Residencia Campo de Calatrava. Cada quince días, estas dedicadas mujeres visitan el centro para compartir lectura, cantar canciones y ofrecer unas horas de recreo que rompen con la rutina diaria de los residentes.
Este jueves, la jornada ha sido especialmente emotiva. Los mayores, reunidos en la sala común, escucharon con atención la historia del “Lazarillo de Tormes”, reviviendo con nostalgia los relatos de su juventud. Las voces de las voluntarias resonaron en el aire, cantando y tarareando canciones populares que los mayores recordaban de cuando eran niños. Las sonrisas y las miradas llenas de recuerdos iluminaron el ambiente.
Pero la sesión de hoy tenía una sorpresa especial. Con motivo del Día Internacional del Libro, que no habían podido celebrar en su momento, las voluntarias llevaron consigo claveles de varios colores. Cada flor llevaba una palabra positiva escrita: amor, madre, paz, amistad, hermano, padre… Al entregar estos claveles, el salón se llenó de emoción. Las palabras y los colores parecían entrelazarse con los sentimientos y los recuerdos de los mayores, creando un ambiente de calidez y cariño.
La labor de estas voluntarias no solo proporciona entretenimiento, sino que también fortalece los lazos colectivos y ofrece un soporte emocional invaluable para los mayores. En cada visita, la conexión intergeneracional se hace palpable, demostrando que la cultura y el afecto no tienen edad.
La Biblioteca Pública Municipal “Manolita Espinosa” y sus voluntarias continúan siendo un pilar fundamental en la vida social de Almagro, mostrando que la dedicación y el amor pueden transformar vidas. Este proyecto, que ya lleva más de una década, es un ejemplo inspirador de cómo la entrega desinteresada puede enriquecer tanto a quienes dan como a quienes reciben.
