La Semana Santa Calatrava es un evento lleno de particularidades y significados profundos, y entre todas ellas, el Juego de las Caras emerge como una de las tradiciones más emblemáticas. Con raíces ancestrales que se remontan a la época de la reconquista llevada a cabo por la Orden de Calatrava, esta práctica alcanza su máximo esplendor en la localidad de Calzada de Calatrava.
El origen del Juego de las Caras se entrelaza con la leyenda del sorteo de la túnica de Cristo, la cual, en lugar de ser dividida en varios trozos como comúnmente se cree, fue objeto de un juego entre los soldados romanos al pie de la Cruz. Esta narrativa impregna de simbolismo y misticismo a una tradición que perdura a lo largo de los siglos.
La ceremonia que da inicio al juego es un momento solemne y cargado de emoción. Los subastadores marcan un amplio círculo en el suelo, delimitando así el escenario donde se desatará la pasión del juego. Los participantes se dividen en dos grupos: los “puntos”, aquellos que realizan las apuestas, y la “banca”, encargada de gestionar el dinero en juego.
El proceso es simple pero emocionante: el jugador deposita la cantidad de euros que desea apostar dentro del círculo, y la banca iguala la apuesta. Entonces, los subastadores lanzan al aire dos antiguas monedas de cobre. Estas monedas, conocidas como “piezas”, son el elemento crucial del juego.
Si ambas monedas muestran cruz, la victoria es para el jugador; si, por el contrario, ambas revelan cara, la banca se lleva el triunfo. Pero si una muestra cara y la otra cruz, nadie gana y debe repetirse el lanzamiento.
La celebración de este juego, arraigado en la historia y la tradición de la región, ha sido reconocida como Fiesta de Interés Turístico Regional, atrayendo a visitantes ávidos de presenciar y participar en esta experiencia única.
La fecha tradicional de celebración del Juego de las Caras es el Viernes Santo, día central en las festividades de la Semana Santa, momento en el que la emoción y la devoción se entrelazan en una celebración que trasciende el tiempo y el espacio.
Así, el Juego de las Caras sigue siendo una de las joyas más preciadas de la Semana Santa Calatrava, manteniendo viva la llama de la tradición y el fervor religioso en cada lanzamiento de moneda, en cada giro del destino.
