El tercer fin de semana del 47º Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro se vivió con una intensidad única gracias a la extraordinaria Laila Ripoll. La tarde de este domingo, se convirtió en un mar de emociones cuando la destacada dramaturga, directora de escena, actriz y maestra recibió un tributo conmovedor en el histórico Corral de Comedias. Acompañada de amigos, colegas y admiradores, Ripoll fue el centro de una celebración que marcó un hito en su carrera.
Irene Pardo, la directora del Festival, destacó unas horas antes en sus declaraciones a los medios: “Quiero homenajear a ese espíritu de compañía, de hacer las cosas desde el corazón y con ilusión, y también a esa responsabilidad que recae en las compañías privadas que llenan las salas de este país de teatro clásico”. Resaltó la impresionante trayectoria de Ripoll, con más de 30 espectáculos, casi todos presentados en Almagro, convirtiéndola en una figura imprescindible del Festival. Su presencia ininterrumpida cada mes de julio durante décadas ha hecho de Ripoll un referente indiscutible.
El homenaje, lleno de momentos emotivos y sorpresas, fue un reflejo del profundo cariño de sus compañeros de Micomicón Teatro y numerosos actores y actrices que han colaborado con ella. En el escenario, Mariano Llorente, Elisabet Altube, Aurora Herrero, Juanjo Artero, Luis Luque, Juan Carlos Plaza-Asperilla y la voz de Mencía extrajeron de un baúl, el baúl de “La dama boba”, diversos objetos de sus producciones, como un abrigo, un gorro, un puñal y el títere de Miguel de Cervantes. Estos objetos, reconocidos por la homenajeada, trajeron lágrimas y sonrisas, evidenciando su profunda conexión con cada uno de ellos.
Laila Ripoll, calificada como el “alma de corazón elegante” y guardiana de nuestra memoria, expresó su gratitud conmovida: “Profundamente estoy muy feliz”. Esta felicidad se contagió al público que abarrotaba el Corral de Comedias, incluyendo al alcalde Francisco Javier Núñez, representantes de la Diputación Provincial de Ciudad Real y la Junta de Comunidades, y miembros del patronato del Festival.
En un discurso lleno de anécdotas personales, Ripoll recordó cómo hace treinta y tres años pisó por primera vez ese escenario, cómo crió a su hijo en el Corral de Comedias y cómo su padre perdió una matrícula viniendo a Almagro. “Todas las cosas importantes de mi vida están ligadas al Festival”, afirmó, visiblemente emocionada. También dedicó un momento a recordar a los que ya no están, mencionando a muchos compañeros y amigos en un tono festivo: “Esto más que un homenaje parece que vayamos a hacer una fiesta”, bromeó antes de concluir con un abrazo sentido a Irene Pardo.
Pardo destacó que Ripoll fue la primera mujer en estrenar en el Centro Dramático Nacional en 2004 y la primera mujer comisario de una exposición del Museo Nacional del Teatro veinte años después. “Este camino por el teatro, por la cultura que vas desbrozando y que vas dejando esas huellas que van a servir de guía y de referente a otras muchísimas mujeres”, añadió.
Como broche final, Ripoll recibió el abrazo de su madre Concha Cuetos, cerrando una noche cargada de emociones y reconocimiento.
