Cada día, los profesionales del Servicio de Farmacia Hospitalaria de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real enfrentan lo que han denominado el “desafío silencioso”: mantener y controlar el stock de medicamentos y gestionar los pedidos para que el desabastecimiento afecte lo menos posible a los pacientes.
Maite Franco, especialista en Farmacia Hospitalaria y responsable del área de Logística y Gestión del Medicamento, junto con Laura Amores, residente de tercer año, destacan que las incidencias por desabastecimiento son un problema creciente. En 2023, se registraron 549 incidentes, pero gracias a un plan de acción interno, han logrado minimizar su impacto.
“Siendo proactivos, adelantándonos a los acontecimientos, podemos gestionar mejor estas incidencias”, afirma Franco. Cada mañana, revisan los pedidos pendientes y contactan a los proveedores si se ha superado el plazo de entrega. “Si se confirma un desabastecimiento, decidimos si restringir su uso o buscar una alternativa, dependiendo del stock disponible”, añade Amores.
Los márgenes de seguridad varían según el medicamento. Normalmente, hacen el pedido cuando queda suficiente para una o dos semanas, esperando recibirlo en dos o tres días. Si se confirma un desabastecimiento, suelen tener stock suficiente para una semana más.
En 2023, los medicamentos para el sistema nervioso central, antiinfecciosos, antineoplásicos y para el sistema digestivo y metabolismo sumaron la mitad de las incidencias. La media diaria de desabastecimientos ronda los 60, aunque en ciertos periodos se superaron los 75. Estas incidencias representan un 4% de las 2,000 referencias manejadas en el Hospital General Universitario de Ciudad Real, pero son cualitativamente importantes si afectan a fármacos sin sustitución posible, lo cual puede ser grave para ciertos pacientes.
“Frecuentemente, atendemos a pacientes externos que no encuentran su medicación en ninguna farmacia. En esos casos, intentamos dispensarles desde el hospital o coordinar con su médico para cambiar el tratamiento”, explica Franco. En casos extremos, donde no hay alternativa en España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) interviene, centralizando la dispensación para asegurar que llegue a todos los pacientes que lo necesitan.
El personal de farmacia debe estar constantemente vigilante del stock para decidir si limitar el uso de un medicamento o su distribución a otros centros de salud. “Tenemos que resolver la falta del medicamento y gestionar lo que nos queda hasta recibir un nuevo pedido”, subraya Amores.
Anticiparse a las fechas de entrega es crucial para detectar posibles desabastecimientos y solucionarlos rápidamente, ya sea redistribuyendo el stock o adquiriéndolo de otro proveedor. Además, deben enfrentar otros desafíos, como recibir presentaciones en diferentes dosis o idiomas, garantizando siempre la seguridad de los pacientes.
Los profesionales de la farmacia hospitalaria de Ciudad Real presentaron un trabajo sobre estas incidencias y sus soluciones en la XVIII Jornada Científica de la Sociedad Castellano-Manchega de Farmacia Hospitalaria, celebrada en Guadalajara. La comunicación, titulada “Desabastecimientos de medicamentos: un desafío silencioso”, presentada por Laura Amores del Rey, recibió el premio al mejor trabajo de las jornadas.
Este reconocimiento subraya la importancia del trabajo meticuloso y la planificación proactiva en la lucha contra el desabastecimiento de medicamentos, garantizando que los pacientes reciban el tratamiento que necesitan a pesar de las dificultades.