Ayer por la tarde, la Plaza Mayor de Almagro se convirtió en el epicentro de una emotiva celebración cultural con la presentación del proyecto “El Picao”. Esta iniciativa, surgida del Festival Internacional de Teatro Clásico, buscó abrir un diálogo entre lo popular y lo clásico, destacando la importancia del encaje y las mujeres encajeras en la identidad y patrimonio local. La propuesta de mediación cultural emocionó profundamente tanto a los vecinos de Almagro como a los visitantes.
Reviviendo una tradición ancestral
La ceremonia comenzó con una imagen evocadora: un corro de doce encajeras, recreando una escena cotidiana de años pasados en las calles y plazas de Almagro. Estas mujeres compartieron sus historias, transmitiendo con sus gestos y palabras, tanto en vivo como a través de grabaciones, lo que el encaje significa para ellas, cómo se integró en sus vidas y las experiencias enriquecedoras que han vivido en torno a esta tradición. Recordaron también el arduo trabajo de generaciones anteriores, para quienes el encaje fue un pilar económico esencial.
Un homenaje vivo
El encaje no solo es una herencia del pasado, sino también una práctica viva que sigue enseñándose y aprendiendo hoy en día, como demostró el Museo del Encaje con la participación de adultos y niños, siendo más niñas las interesadas. Durante la presentación, esta continuidad fue palpable, con la colaboración de jóvenes aprendices que se unieron al tributo.
El público, profundamente conmovido, se dejó envolver por este recorrido a través de las memorias de las mujeres encajeras de Almagro. Al compás del conocido tema “La mantilla de blonda”, interpretado por la actriz Marina Paredes y coreado por los asistentes, los hilos del encaje parecían cruzarse con las emociones del presente.
Un legado que no debe perderse
El alcalde de Almagro, Francisco Javier Núñez, destacó la relevancia del evento, considerándolo “uno de los espectáculos más bonitos e importantes que se han desarrollado en Almagro”, subrayando la necesidad de preservar el encaje como una parte fundamental de la artesanía local. Rosa García, directora de la Universidad Popular, y Natividad González, monitora de encaje y actriz encajera, también resaltaron la importancia de mantener viva esta tradición y de transmitirla a futuras generaciones.
Un esfuerzo colaborativo
“El Picao” es una producción del Festival Internacional de Teatro Clásico y La Chivata Teatro, dirigida por Irati Morán y Salma El Amrani, en colaboración con la Universidad Popular. La coreografía estuvo a cargo de Raúl Calzado de la Escuela de Baile Raúl de Almagro, y la ilustración del picao fue obra de María del Carmen Manzano.
Las encajeras Natividad, Pilar, Hortensia, Gloria, Luisa, Carmen, Petra, Pilar, Nieves, Mariana, Sacramento y Toñi, junto con los niños Carlota, Miguel, Violeta, Paula, Jimena, Valeria, Julia, Ángela, María, Ana, Isabel y Alexandra, demostraron que la tradición, lo clásico y la identidad son hilos de un mismo encaje que unen a la localidad.
La ovación recibida al final del evento dejó claro que “El Picao” no solo ha recuperado una historia borrada, sino que ha reafirmado el valor de un legado que sigue vivo y vibrante en el corazón de Almagro.
