La intensidad se palpaba en el ambiente cuando el BSR Amiab Albacete y los Thuringia Bulls se enfrentaban en una final que prometía ser un duelo sin cuartel. Sin un claro favorito, los albaceteños confiaban en el apoyo de su público y el factor cancha para inclinar la balanza a su favor.
Desde el inicio, el partido estuvo marcado por la paridad y la lucha tenaz de ambos equipos. Con el marcador mostrando empates y mínimas ventajas, cada canasta era crucial en la búsqueda del dominio del juego. A pesar de algunos errores en los tiros, los primeros minutos vieron a Filipski del BSR Amiab calentar su muñeca y dar una leve ventaja a los locales.
El segundo cuarto continuó con una lucha encarnizada, con el Thuringia tomando la delantera por primera vez en el partido. Con una defensa férrea y dificultades en el tiro, los locales se vieron obligados a ajustar su estrategia para mantenerse en el juego.
El descanso llegó con un empate emocionante de 30-30, con ambos equipos reflexionando sobre cómo romper el equilibrio y tomar el control del partido.
El tercer cuarto vio un despertar del BSR Amiab Albacete, con una ofensiva más agresiva que les llevó a una ventaja de ocho puntos. Sin embargo, el Thuringia no se rindió y mantuvo la presión, reduciendo la brecha y manteniendo la emoción hasta el último minuto.
El cuarto decisivo estuvo marcado por la intensidad y la incertidumbre, con el Thuringia recortando la ventaja del BSR Amiab y acercándose peligrosamente en el marcador. Sin embargo, los locales se mantuvieron firmes y aseguraron la victoria con una actuación sólida en los momentos clave del partido.
Con un marcador final de 68-64, el BSR Amiab Albacete celebró su triunfo en casa, asegurando el título de la Champions en un emocionante encuentro que quedará grabado en la memoria de los aficionados como una muestra de coraje y determinación.
