El azul añil es un color que nos transporta al verano, evocando la frescura de las noches manchegas y mediterráneas, y a la decoración de las fachadas blancas y azules de nuestros pueblos. Este color, combinado con el blanco, no solo transmite frescura y luminosidad, sino que también nos conecta con los aires mediterráneos, recordándonos paisajes costeros y ambientes serenos.
El azul añil manchego: Un legado de frescura y tradición
Me gusta llamarlo azul añil manchego porque es el color que adorna las fachadas de los pueblos de La Mancha y del Mediterráneo, ganando cada vez más popularidad. Este color representa una apuesta por ambientes naturales, promoviendo el consumo responsable y una mirada ecológica. Su uso refleja un enfoque rural, humanista y sostenible, respetuoso con el entorno.
En la antigüedad, el azul añil se utilizaba junto con el blanco de cal para pintar y revestir paredes de adobe y tapial. Esta combinación servía no solo para fijar los sustratos, sino también para desinfectar y dar blancura, evitando que los muros absorbieran los rayos solares. De esta manera, las casas se mantenían fresquitas durante el caluroso verano. Era costumbre popular pintar las fachadas y las paredes antes del verano para asegurar esta frescura.
El azulete: Más que un color
El azul añil, conocido comúnmente como azulete, se usaba para pintar los zócalos de las fachadas, decorándolas y protegiéndolas de la suciedad y el deterioro. Pero el azulete también tenía usos curiosos y significativos: se empleaba para pintar puertas y ventanas, con la creencia de que ahuyentaba al demonio y a los males relacionados con él, una superstición probablemente de origen mediterráneo. Además, en ciertas fechas, se utilizaba para señalar las casas de las solteras en edad de merecer, añadiendo un toque de misterio y tradición a su uso.
Colores que definen una comarca
En Almagro y muchos pueblos de la Comarca del Campo de Calatrava, el azul añil convive armoniosamente con el color almagre, una arcilla rojiza rica en óxido de hierro. El color “almagre” se utiliza para pintar vigas y columnas, y sigue presente en la actualidad en lugares emblemáticos como la Plaza Mayor de Almagro y otros edificios del municipio.
Además, el azul añil cohabita con el verde en Almagro, especialmente en su monumental Plaza Mayor, con bellísimas galerías acristaladas que recuerdan a los edificios del norte de Europa. Este vibrante verde aporta un contraste encantador y refuerza la singularidad arquitectónica de la región.
El azul añil manchego no es solo un color, sino un símbolo de frescura, tradición y sostenibilidad. Su uso histórico y cultural en las fachadas de los pueblos de La Mancha y del Mediterráneo refleja un profundo respeto por el entorno y una conexión con las raíces mediterráneas. Este color, junto con el blanco, almagre y verde, crea un paisaje visual que no solo embellece nuestras ciudades, sino que también cuenta historias de tiempos pasados y costumbres que perduran. La próxima vez que veas una fachada pintada de azul añil, recuerda su rica historia y el frescor que trae consigo.