Bolaños de Calatrava ha vivido con entusiasmo y fervor religioso dos fines de semana consecutivos dedicados a San Cristóbal, patrón de los conductores, viajeros y caminantes, en una de las festividades más esperadas y concurridas del calendario local. Organizados por la Hermandad de San Cristóbal, los actos han reunido a centenares de vecinos y visitantes en torno a una programación cuidada al detalle que ha combinado gastronomía popular, competición, música y ceremonias religiosas.
El primer fin de semana de celebraciones arrancó el sábado 5 de julio en la explanada del pabellón Matías Gómez, donde se celebró la tradicional comida de hermandad a base de migas y caldereta. A continuación, a las 17:00 horas, dio comienzo el tradicional concurso de habilidad al volante, en el que participaron conductores de camiones rígidos, tráileres y turismos, tanto hombres como mujeres, demostrando su destreza en un certamen que ofreció cinco premios por categoría. El primer premio incluía trofeo, un jamón, un estuche de vino y una dotación económica de 100 euros, atrayendo a numerosos participantes de la localidad y la comarca.
La jornada concluyó con una animada verbena popular en la que el tributo musical a El Barrio hizo vibrar al público, seguido de la actuación del conocido DJ Luismi Romero, que alargó la celebración hasta bien entrada la madrugada con una sesión festiva para todos los públicos.
Los actos oficiales se reservaron para el segundo fin de semana, dando comienzo el sábado 12 de julio con una emotiva ofrenda floral al patrón en su ermita, protagonizada por decenas de vecinos que rindieron tributo a San Cristóbal. Posteriormente, a las 19:30 horas, se inició el solemne traslado procesional del santo desde su ermita hasta el Parque Municipal, acompañado por un desfile de cabezas tractoras. Los vehículos fueron bendecidos a su llegada, en una ceremonia que destacó por su espectacularidad y recogimiento.
A las 21:00 horas se celebró una misa de campaña al aire libre, en la explanada del pabellón Matías Gómez, presidida por el párroco local, y tras la cual se procedió a la bendición general de todos los vehículos participantes. Como colofón, la imagen de San Cristóbal fue devuelta a su ermita entre los aplausos del público y una gran traca final que iluminó el cielo bolañego.
La música volvió a ser protagonista en la noche del sábado con la actuación de la Orquesta Pentagrama, que logró congregar a centenares de personas en una velada marcada por el ambiente festivo y la alegría popular.
El domingo 13 de julio se puso el broche final a las celebraciones con la tradicional comida de fin de fiestas en los Salones Namen, donde la Hermandad ofreció una jornada de convivencia en la que no faltaron los sorteos y la entrega de regalos, compartiendo risas, anécdotas y la satisfacción de haber vivido una fiesta marcada por la participación y el espíritu comunitario.
