Con más de trece años endulzando las mañanas de Ciudad Real, Churrería “La Hormiga” ha escrito un nuevo capítulo en su historia. Este miércoles, en un acto cargado de emoción y aroma a masa frita, la emblemática churrería inauguró su flamante local en Calle La Cruz 5, a pocos metros de su antigua ubicación en Cruz 2. El evento, que reunió a instituciones, empresarios, clientes y familiares, refuerza el compromiso de la marca con el comercio local y su legado gastronómico.
Un sueño hecho realidad
Bajo el lema “Creciendo sin perder la esencia”, el propietario José Antonio Herrera ‘Coke’ recibió a los asistentes con una degustación de sus famosos churros con chocolate, símbolo indiscutible de la churrería. Entre aplausos y brindis, Coke compartió su emoción: “Este local es un sueño cumplido. Queremos seguir ofreciendo la misma calidad y cariño, pero con un espacio renovado que refleje nuestra evolución”.
El nuevo establecimiento, moderno pero con detalles que homenajean su tradición —como fotografías de clientes históricos y utensilios originales—, busca ser un punto de encuentro para las generaciones que han crecido entre sus mesas. “Aquí no solo vendemos churros; vendemos recuerdos. Por eso era fundamental mantener nuestra cercanía con el barrio”, añadió Herrera.
Compromiso con el comercio local y la tradición
La apertura no solo marca un hito para La Hormiga, sino también para el tejido comercial de Ciudad Real. Durante su intervención, Coke destacó: “El comercio local es el alma de la ciudad. Con esta inversión, reafirmamos nuestro compromiso con su dinamismo y con aquellos que nos han apoyado desde el primer día”.
El acto contó con la presencia del alcalde de Ciudad Real, representantes de asociaciones empresariales y vecinos, quienes celebraron que un negocio familiar siga creciendo sin desvincularse de sus raíces. “La Hormiga es parte de nuestra identidad. Sus churros han visto crecer a mis hijos, y ahora a mis nietos”, compartió María Gómez, clienta desde hace una década.
Innovación sin olvidar los orígenes
Aunque el nuevo local incorpora mejoras tecnológicas para agilizar el servicio y amplía su aforo, la esencia sigue intacta. La masa se prepara diariamente con la misma receta desde 2012, y el chocolate —espeso y aromático— se sirve en tazas de porcelana, tal como lo hacía la fundadora, la madre de Coke.
“Adaptarse no significa renunciar a lo que somos. Queremos que los jóvenes se enamoren de nuestros productos, igual que lo hicieron sus padres”, explicó Herrera. Para lograrlo, la churrería explora opciones como take away y eventos temáticos, sin descuidar su horario estrella: el desayuno.
Un legado que perdura
Con esta apertura, La Hormiga consolida su posición como referente gastronómico en la provincia. Su éxito radica en una fórmula sencilla pero poderosa: trato familiar, productos artesanales y precios accesibles. “No competimos con las cafeterías modernas; ofrecemos algo distinto: autenticidad”, resumió Coke.