Almagro ha rendido un sentido y solemne homenaje a las víctimas del terrorismo, con especial recuerdo a Miguel Ángel Blanco, el joven concejal de Ermua asesinado por ETA en 1997. En el 28º aniversario de su muerte, el Ayuntamiento ha vuelto a reunir a representantes institucionales y vecinos en un acto cargado de simbolismo y compromiso democrático.
El homenaje tuvo lugar, como es tradición, junto al monumento erigido en 2010 en la rotonda de acceso a la carretera de Valdepeñas, un espacio concebido como símbolo de paz, memoria y dignidad frente al terror. Este enclave, cargado de significado, representa el compromiso firme del municipio de Almagro con la justicia, la libertad y la convivencia frente al odio y la intolerancia.
El alcalde de la localidad, Francisco Ureña, presidió el acto y dirigió unas palabras de profundo calado ético y político:
“Que este día nos sirva para entender que por esa vía no se va a ninguna parte, y para seguir trabajando en erradicar todo aquello que nos haga ver al diferente como un enemigo, y no solo como una persona.”
Con estas declaraciones, Ureña subrayó la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo, como parte imprescindible de una sociedad democrática que no olvida a quienes fueron asesinados por defender la libertad y el Estado de Derecho.
Al acto asistieron la mayoría de los miembros de la Corporación Municipal, tanto del Grupo Municipal Socialista como del Grupo Municipal Popular, así como numerosos vecinos que quisieron sumarse al recuerdo colectivo de Miguel Ángel Blanco y del resto de las víctimas de la barbarie terrorista. La presencia institucional conjunta evidenció una voluntad común de unidad en torno a los valores democráticos y al reconocimiento de quienes fueron injustamente asesinados.
El recuerdo de Miguel Ángel Blanco, cuyo secuestro y asesinato marcó un antes y un después en la conciencia ciudadana de todo un país, sigue generando un profundo sentimiento y sirve año tras año como referente moral frente al extremismo. Su muerte no fue en vano: despertó a una sociedad que, desde entonces, se moviliza cada 13 de julio para decir alto y claro que el terrorismo no tiene cabida en nuestra democracia.
Almagro, con este acto, se suma a la larga lista de municipios que, de manera firme y continuada, mantienen el homenaje a las víctimas como parte esencial de su compromiso cívico.
