Este sábado, Valenzuela de Calatrava ha sido testigo de la décima edición de la Fiesta de la Matanza, un evento que celebra la rica tradición y gastronomía de la comarca. Desde primeras horas de la mañana, el Recinto Ferial de la localidad se convirtió en el epicentro de una jornada que rememora una de las costumbres más arraigadas en la comarca del Campo de Calatrava y de muchos pueblos españoles.
La actividad comenzó a las 8:30 h, momento en el que los vecinos y participantes comenzaron los preparativos para una jornada que combina trabajo en equipo, sabores únicos y una fuerte conexión con las raíces culturales. La matanza, antiguamente celebrada en el entorno familiar, representaba mucho más que la obtención de alimentos: era una verdadera fiesta que unía generaciones, asegurando el sustento durante los meses más fríos del año.
Una tradición adaptada a los tiempos modernos
En el pasado, entre diciembre y febrero, se sacrificaba a los cerdos que habían sido cuidadosamente alimentados durante el año. De ellos se obtenían productos como chorizos, morcillas, patateras, lomos, jamones, y un sin fin de productos cárnicos fundamentales para las familias rurales. Estas jornadas, además de proveer alimentos, servían para fortalecer los lazos familiares y mantener vivas las costumbres locales.
Con el paso del tiempo, estas celebraciones fueron quedando en el olvido debido a cambios en la normativa sanitaria y la evolución de la vida moderna. Sin embargo, el Ayuntamiento de Valenzuela de Calatrava tomo la iniciativa, hace ya diez años, de recuperar esta antigua tradición con un objetivo claro: mantener viva la memoria colectiva y enseñar a las nuevas generaciones la riqueza cultural de su tierra.
Una jornada llena de actividades
Tras la llegada de la canal del cerdo que es suministrada por una carnicería —ya que hoy día no se permite el sacrificio en el lugar debido a las normativas sanitarias vigentes—, los participantes comenzaron el despiece del cerdo. Posteriormente, se prepararon las mezclas para los chorizos, morcillas y patateras, utilizando las especias tradicionales que dan a estos productos su sabor inconfundible.
Mientras tanto, los asistentes pudieron disfrutar de un buen “tiznao” y unas suculentas migas para recargar energías. Estas delicias tradicionales fueron la antesala de una jornada en la que se celebró no solo la gastronomía, sino también el espíritu comunitario de Valenzuela de Calatrava.
San Antón: Tradición y solidaridad
La Fiesta de la Matanza tiene un cierre especial en torno al día de San Antón, patrón de los animales, que se celebra el 17 de enero. Durante esta festividad, el Ayuntamiento organiza una gran hoguera en el Recinto Ferial, un espacio donde todos los vecinos y visitantes pueden degustar los productos elaborados durante la matanza.
Lo más destacado es que esta celebración tiene un fin solidario: los asistentes realizan un donativo a cambio de disfrutar de los embutidos y carnes preparadas durante la jornada, y el dinero recaudado se destina íntegramente a una causa benéfica.
Preservando la identidad cultural
Con esta décima edición, Valenzuela de Calatrava demuestra que es posible adaptar las tradiciones a los tiempos modernos sin perder su esencia. La Fiesta de la Matanza no solo rescata una costumbre ancestral, sino que también fomenta la convivencia, el aprendizaje intergeneracional y la solidaridad entre los vecinos.
A medida que más personas, especialmente los jóvenes, se suman a estas iniciativas, queda claro que preservar las tradiciones no es solo un acto de nostalgia, sino una forma de recordar y mantener vivas nuestras raíces.
Valenzuela de Calatrava invita a todos los amantes de la cultura y la gastronomía a participar en próximas ediciones de esta celebración única, donde la historia, los sabores y la unión son los verdaderos protagonistas.
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