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sábado, marzo 1, 2025

Valenzuela de Calatrava honra a Don Tomás Malagón: 41 años de legado inolvidable

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En pasados días, en el solemne ambiente del Cementerio de Valenzuela, se celebró una emotiva oración en memoria de Don Tomás Malagón Almodóvar, al cumplirse el 41º aniversario de su fallecimiento. Este acto reunió a numerosos fieles y amigos, quienes se unieron para rendir homenaje a un hombre cuya vida se convirtió en sinónimo de compromiso, oración y servicio a la comunidad obrera cristiana.

Una ceremonia que une tradición y esperanza

La ceremonia estuvo dirigida por Hernández Duarte, actual consiliario de la Comisión Permanente, quien con profunda devoción y palabras llenas de inspiración, condujo la oración que marcó el inicio de una jornada de recogimiento. Entre los participantes se contó con la presencia de Julián Plaza, Consiliario de la HOAC en la Diócesis de Ciudad Real, y Matías Rubio, Párroco de San Bartolomé de Valenzuela, quienes, junto a numerosos amigos, honraron la memoria de Don Tomás.

Los asistentes compartieron testimonios y reflexiones sobre el inmenso legado que dejó este sacerdote, resaltando su capacidad para unir el mensaje del Evangelio con la realidad del mundo obrero. La atmósfera se impregnó de un profundo sentimiento de recogimiento y esperanza, recordando a todos la importancia de la oración y la solidaridad en la vida cotidiana.

El legado inmortal de Don Tomás Malagón

Nacido en Valenzuela de Calatrava en 1917 y fallecido en Madrid en 1984, Don Tomás dedicó gran parte de su vida a la labor pastoral y teológica, orientada especialmente hacia la formación de trabajadores y trabajadoras cristianas en el marco del magisterio social de la Iglesia. Durante su mandato como Consiliario General de la HOAC (1953-1962), se implicó de manera activa en la elaboración y actualización de planes de formación y cursillos, herramientas esenciales que ayudaron a forjar el carácter y la identidad de innumerables militantes de Acción Católica Especializada.

Su obra y vocación lo llevaron a ser llamado de múltiples maneras:

  • Sacerdote de cuerpo entero
  • Hombre fiel a la Iglesia
  • Hombre de oración larga y profunda
  • Teólogo de la centralidad del misterio de Cristo
  • Maestro y pedagogo
  • Amante servidor de los pobres
  • Hombre de diálogo y de la síntesis
  • Precursor de la teología política y de la teología de la liberación
  • Uno de los que más ha hecho para acercar la Iglesia al mundo obrero y viceversa
  • Apasionado de la promoción y formación del laicado
  • Alma de la HOAC

Estas expresiones no solo definen su vida, sino que también encapsulan la pasión y el compromiso con el que trabajó para tender puentes entre la fe y la realidad social, acercando a la Iglesia a los sectores obreros y fortaleciendo el espíritu del laicado.

Un modelo de formación y esperanza

Don Tomás supo conjugar su profundo conocimiento teológico con una inquebrantable dedicación pastoral. Su iniciativa en la formación de militantes se tradujo en la creación de cursos y programas que siguen siendo referencia en la acción católica. Cada uno de estos instrumentos de formación no solo enseñaba doctrinas, sino que buscaba encender en el corazón de los participantes la llama del compromiso social y espiritual, haciendo de la Iglesia un actor activo en la transformación del mundo.

El eco de sus enseñanzas resuena hoy en cada palabra de aliento y cada gesto de servicio que se manifiesta en los diversos movimientos de la HOAC y en las comunidades cristianas que lo recuerdan. Su legado perdura como un faro de luz que guía a quienes buscan vivir una fe que se traduce en acción y amor por los más necesitados.

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