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lunes, septiembre 22, 2025

¿Un símbolo de modernidad o un elemento discordante? La polémica historia del kiosco de música que dividió a Almagro

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El historiador almagreño Francisco Asensio dedicó uno de los capítulos de su programa radiofónico “Cosas olvidadas de Almagro”, emitido en Onda Almagro, a recuperar la historia del Kiosco de la Música que, durante la primera mitad del siglo XX, se levantó en la Plaza Mayor de Almagro, en el mismo emplazamiento donde hoy se encuentran los jardines presididos por la escultura ecuestre de Diego de Almagro.

Asensio subrayó que el templete musical de la ciudad, al igual que muchos otros construidos en España y Europa tras la Revolución Industrial, fue símbolo de modernidad y encuentro social. Según explicó, la estructura se levantó probablemente entre 1906 y 1920, aunque no se conserva el proyecto original de su construcción, que muy posiblemente estuvo a cargo de la Diputación Provincial.

El historiador destacó que este kiosco presentaba una planta octogonal, dos alturas y un sótano, alcanzando una altura total cercana a los nueve metros, lo que lo convertía en un elemento visual dominante dentro de la Plaza Mayor. El edificio, de hierro y hormigón, contaba en su planta baja con una taberna conocida como la Taberna del Sol, y se diseñó para acoger principalmente actuaciones de la banda municipal de música.

“Los kioscos de música eran un espacio de democratización cultural, pues acercaban el gusto por la música a todas las clases sociales. En el caso de Almagro, además, supuso un gesto de modernidad, al sumarse la ciudad a la moda arquitectónica del hierro y el cemento que se expandía en aquellos años”, explicó Asensio.

Sin embargo, el historiador también señaló que la estructura generó debate desde sus primeros años. “Era un edificio imponente, pero desentonaba con la perspectiva uniforme y armónica de la Plaza Mayor. La acústica era deficiente y el depósito de agua en su cubierta, destinado a regar los jardines, tampoco cumplía su función”, recordó.

Finalmente, en 1953, siendo alcalde Julián Calero, se aprobó por unanimidad la demolición del kiosco, tras un informe técnico que lo consideraba inadecuado para un espacio de tanto valor histórico y artístico. La decisión se vio reforzada por la visita del entonces ministro de Educación, Joaquín Ruiz Jiménez, quien ofreció instalar en su lugar una estatua dedicada al conquistador Diego de Almagro.

La demolición no estuvo exenta de dificultades, ya que la estructura de hierro y hormigón requería un complejo proceso de desmantelamiento. En un primer intento se licitó su derribo, exigiendo además el pago de 50.000 pesetas al Ayuntamiento por los materiales aprovechables, pero el concurso quedó desierto. Finalmente, la demolición se ejecutó por administración municipal.

El proyecto de sustitución se materializó décadas después. El escultor ciudadrealeño Joaquín García Donaire, tras presentar un boceto al concurso convocado en 1954, fue finalmente el encargado de ejecutar la estatua ecuestre de Diego de Almagro, que se instaló en los jardines de la Plaza Mayor el 27 de diciembre de 1982, bajo el mandato de la alcaldesa Pepa Delmas.

Con su intervención radiofónica, Francisco Asensio devuelve a la memoria colectiva una de las construcciones más singulares y controvertidas de la historia urbana de Almagro. “El kiosco fue símbolo de modernidad en su época, pero también un elemento que generó división estética. Hoy forma parte de esas páginas olvidadas que ayudan a entender cómo la ciudad ha ido configurando su identidad”, concluyó el historiador.

Este capítulo, en su totalidad, de nuestra historia puedes encontrarlas en el libro de Francisco Asensio “Cosas olvidadas de Almagro”. Los interesados en adquirir este legado, podrán hacerlo en dos establecimientos en Almagro, en “Cokepy” (Ronda de Santo Domingo, 39) y en la “Librería Macondo” (Calle Feria, 2).

»»»Así mismo podrán escuchar este capítulo en el podcast de Onda Almagro AQUÍ«««

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