La sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Ferraz fue esta tarde el centro de una intensa rueda de prensa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ante los medios que buscaba calmar las aguas turbulentas de los últimos días, marcados por la expulsión de José Luis Ábalos del partido y la baja de Santos Cerdán, ambos salpicados por el llamado “caso Koldo”. Sánchez, visiblemente serio pero firme, ofreció una comparecencia extensa y enérgica, defendiendo la integridad del PSOE, criticando duramente a la oposición y reafirmando la hoja de ruta de su gobierno.
Un reconocimiento del error y un “Nos repugnan” feminista
La rueda de prensa comenzó con un agradecimiento a los medios y a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE por su “apoyo, empatía y solidaridad” en unos días “difíciles para el conjunto de la familia socialista”. Sánchez no tardó en abordar la raíz del problema: “Quiero que los ciudadanos y ciudadanas que estén siguiendo esta rueda de prensa, especialmente las mujeres, sepan que los audios que hemos conocido la semana pasada nos repugnan. Lo repito, nos repugnan”.
El presidente hizo hincapié en la “falta de ejemplaridad, la saciedad en las expresiones y el machismo” proyectados en esos audios, calificándolos de “absolutamente incompatibles con los valores feministas de esta organización y con nuestra identidad como partido”. Esta declaración no solo buscaba desvincular al PSOE de cualquier atisbo de tolerancia ante conductas machistas, sino también reforzar la imagen del partido como adalid del feminismo.
La lucha contra la corrupción: Un compromiso inquebrantable
Sánchez recordó el compromiso adquirido en 2018 de “acabar con una corrupción sistémica que el Partido Popular había sembrado y abonado en las instituciones”. Si bien admitió un “error” en el caso actual, que ya había pedido perdón la semana pasada, insistió en los avances logrados en siete años: “Se han endurecido las leyes, se han aumentado los niveles de transparencia y de rendición de cuentas en nuestro país, se ha conseguido que España mejore posiciones en el ranking internacional de percepción y de lucha contra la corrupción.”
El líder socialista fue contundente al establecer una línea divisoria clara con la oposición: “Nosotros no podemos, ni queremos, ni vamos a ser como el Partido Popular y como Vox. No vamos a tapar la corrupción que surja en nuestras filas, por muy dolorosa que sea, no vamos a perseguir a denunciantes, ni vamos a crear policías patrióticas, ni vamos a amenazar a periodistas que hacen su trabajo, ni vamos a destruir pruebas a martillazos, ni vamos a tener una sede pagada con dinero en B.” Una declaración de intenciones que buscaba blindar al partido ante futuras acusaciones y diferenciar su gestión de crisis.
Medidas contundentes y transparencia reforzada
En un intento por demostrar la “intransigencia” del PSOE ante la corrupción, Sánchez anunció una serie de medidas clave:
- Expulsión definitiva de José Luis Ábalos: La instrucción del expediente ha concluido y la Comisión Ejecutiva Federal ha aprobado su expulsión.
- Renuncia y baja voluntaria de Santos Cerdán: El hasta ahora Secretario de Organización ha solicitado su renuncia al acta de diputado y su baja como militante.
- Nueva auditoría externa e independiente: El PSOE, que ya se somete a auditorías externas desde 2020 sin obligación legal, realizará una nueva revisión de sus cuentas, cuyos resultados serán públicos. Sánchez subrayó que la auditoría de 2024, aprobada hoy, refleja “fielmente el estado de cuentas y la situación financiera”. Además, se realizará un “triple chequeo” de las cuentas en los próximos meses.
- Dirección colegiada en la Secretaría de Organización: Hasta la celebración del Comité Federal el 5 de julio, la Secretaría de Organización estará liderada políticamente por Cristina Narbona (presidenta del partido), Borja Cabezón (responsable de calidad democrática y transparencia) y Montse Mínguez (secretaria general del Grupo Parlamentario Socialista).
- Comparecencia en el Congreso y Comisión de Investigación: Sánchez comparecerá a petición propia en el Congreso de los Diputados y el Grupo Parlamentario Socialista impulsará una comisión de investigación sobre el caso Koldo.
- Reunión con grupos parlamentarios de la investidura: A lo largo de la semana, Sánchez se reunirá con los partidos que apoyaron su investidura para estudiar acciones complementarias en el ámbito legislativo.
Arremetida contra PP y Vox: La moción de censura como desafío
La segunda parte de la comparecencia se centró en una dura crítica a la oposición. Sánchez acusó a PP y Vox de “rasgarse las vestiduras en público pero tolerar la corrupción en casa”. Exigió que, para tener “un mínimo de credibilidad”, ambos partidos empiecen por “exigir las dimisiones de los presidentes y presidentas autonómicos que están inmersos en casos de corrupción, de financiación irregular” o “negligencias en la gestión de catástrofes”.
El presidente desafió directamente a Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal a presentar una moción de censura si creen que el Gobierno ha perdido su mayoría parlamentaria. “Lo democrático no es hacer dimitir al rival con algunas verdades y muchas mentiras impulsadas por una coalición de lobis oscuros. Lo democrático es articular una mayoría parlamentaria a partir de un proyecto alternativo de país”, sentenció.
Sánchez advirtió que entregar las riendas del país a una coalición PP-Vox, con “30 casos de corrupción” abiertos en el PP o multas por “financiación irregular” en Vox, sería una “tremenda irresponsabilidad”. Incluso les aconsejó presentar la moción “cuanto antes, porque después del verano pues a lo mejor empiezan a sucederse las resoluciones de muchas de las causas que tienen al Partido Popular pendientes y entonces se verá quiénes son los delincuentes de verdad.”
Defensa a ultranza del Gobierno y ataques personales rechazados
El presidente defendió con vehemencia la labor de su gobierno, destacando los logros económicos, la creación de empleo, la transición ecológica, el compromiso multilateral y la reducción de la desigualdad. Afirmó que no permitirá que “la posible corrupción de unos pocos” ponga en peligro el “buen ritmo del país” y amenace los derechos de 48 millones de españoles.
Finalmente, Sánchez lamentó los “ataques sistemáticos” a las casas del pueblo del PSOE y la “indignación” que le produce que la contienda política se haya transformado en la justificación tácita de agresiones. “Mi deber como capitán es tomar el timón, capear esta tormenta, es tomar las medidas necesarias para recuperar la confianza de los españoles en mi organización (…) y mi deber también es proteger el gobierno de coalición progresista”, concluyó.
La comparecencia de Pedro Sánchez en Ferraz ha sido un ejercicio de contención de daños y una reafirmación del rumbo. El presidente asume la responsabilidad del “error” en el “caso Koldo”, pero blinda al partido con medidas de transparencia y arremete con fuerza contra una oposición a la que acusa de instrumentalizar la crisis. La bola está ahora en el tejado de PP y Vox, que deberán decidir si recogen el guante de la moción de censura o continúan su estrategia de desgaste en un escenario político cada vez más polarizado.