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viernes, octubre 18, 2024

Nuestra Señora del Rosario en Almagro: El Monasterio y Colegio Universidad, 450 años después, aún resuena en la historia

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Este mes de octubre marca el 450 aniversario de un hito que dejó una profunda huella en el legado histórico y cultural de Almagro: la fundación del Monasterio y Colegio Universidad de Nuestra Señora del Rosario, impulsado por Frei Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza. Una historia que combina religiosidad, aristocracia, y educación, y que, pese a siglos de transformaciones y desamortizaciones, sigue resonando como un símbolo de poder, fe y saber en la comarca de Campo de Calatrava.

Orígenes: La fundación monástica y el legado de Fernando Fernández de Córdoba

La historia comienza en el siglo XVI, en el contexto de la consolidación del poder monárquico sobre las órdenes militares hispanas. En 1485, tras la muerte de Don Garci López de Padilla, último maestre de la Orden de Calatrava, el maestrazgo pasó a manos del rey Fernando “El Católico”. Este hecho fue ratificado por una bula del Papa Inocencio VIII, marcando el inicio de una nueva etapa en la cual las órdenes militares, incluida la de Calatrava, se convertirían en un instrumento de privilegio para la nobleza, como subraya el profesor Enrique Rodríguez-Picavea Matilla.

En este contexto surge la figura de Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza, miembro de una poderosa familia noble, que en 1533 ostentaba el título de Clavero de la Orden de Calatrava. Con la intención de retribuir los beneficios recibidos a lo largo de su vida, decide fundar el Monasterio de Nuestra Señora del Rosario, destinado a los frailes de la Orden de Predicadores. Este sería el primer monasterio en el Campo de Calatrava, un faro de evangelización y enseñanza para la región.

La construcción del monasterio fue encargada al arquitecto Francisco de Luna en 1536, con licencia concedida por el emperador Carlos V. Frei Fernando también dejó instrucciones detalladas en su testamento sobre la construcción de su sepulcro, el cual fue realizado por artistas de renombre como Alonso de Covarrubias y Nicolás de Vergara “el Viejo”. Su mausoleo fue una obra maestra, con una escultura yacente en alabastro sobre una cama de jaspe sostenida por columnas adornadas con magníficos relieves.

El Colegio Universidad: Cuna del saber en el siglo XVI

En 1550, siguiendo los deseos de Frei Fernando, se fundó un colegio dentro del monasterio, donde no solo los frailes predicadores, sino también seis religiosos de la Orden de Calatrava, recibirían formación. En este centro se enseñaban diversas disciplinas, incluyendo Latín, Artes, Filosofía, Teología, Escritura Sagrada y Derecho Canónico. En 1553 se aprobaron sus ordenanzas y estatutos, y el 18 de octubre de 1574 comenzaron las clases. El colegio funcionaba como una institución educativa de prestigio, similar a la Universidad de Alcalá.

Este proyecto académico convirtió a Almagro en un centro educativo influyente, proporcionando grados de Bachiller, Licenciado, Maestro y Doctor a aquellos estudiantes que demostraran su idoneidad.

El esplendor y la decadencia: Las desgracias del siglo XVIII y XIX

Sin embargo, como reza el dicho “las desgracias nunca vienen solas”, una serie de trágicos acontecimientos comenzaron a minar el esplendor de este complejo monumental. En 1755, el terremoto de Lisboa causó graves daños a los edificios religiosos de Almagro, incluido el Monasterio de Nuestra Señora del Rosario. La destrucción física del lugar fue solo el comienzo.

El declive continuó con la supresión de las universidades literarias a principios del siglo XIX, culminando con la desamortización de 1835, que afectó a todos los monasterios de órdenes monacales. El Monasterio de Nuestra Señora del Rosario fue desmantelado, sus bienes subastados y vendidos. La iglesia fue transformada en una almazara de aceite y la famosa sillería del coro, una obra de arte labrada entre 1574 y 1625, fue vendida y trasladada a Ocaña.

El patrimonio disperso y la lucha por la conservación

El proceso de venta de las propiedades continuó durante todo el siglo XIX. Partes del sepulcro de Fernando Fernández de Córdoba fueron adaptadas para uso doméstico, y su figura yacente fue vendida al Museo Arqueológico Nacional. La imagen de Nuestra Señora del Rosario también fue vendida en 1945. Otros elementos del complejo, como la armadura mudéjar que cubría la nave central de la iglesia, terminaron en manos privadas y hoy se encuentran en Monterrey, México.

A pesar de los intentos por conservar y rehabilitar el complejo, su deterioro fue inevitable durante muchos años. Sin embargo, en las últimas décadas, se han realizado esfuerzos para rescatar lo que queda del antiguo monasterio. Desde 2006, el espacio ha sido recuperado parcialmente y hoy es uno de los escenarios más emblemáticos del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

Un legado que perdura

A pesar de las adversidades, el legado de Frei Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza sigue presente. No solo en los escenarios de teatro que hoy llenan de vida el antiguo monasterio, sino también en la Universidad de Castilla-La Mancha, que mantiene vivos los escudos que decoraban la fachada del colegio y los incorpora en las titulaciones que expide.

Este octubre se cumplen 450 años desde que aquel sueño de fundar una institución educativa en Almagro se materializó. Un sueño que, aunque enfrentó la desamortización y la decadencia, aún se mantiene vivo en la historia y cultura de la región. La figura de Frei Fernando y su visión de un monasterio y universidad perduran, más allá de las ruinas, en la memoria de Castilla-La Mancha y en la comunidad universitaria.

Fuente: Cultura en Red CLM

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