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sábado, septiembre 27, 2025

Monseñor Abilio Martínez Varea toma posesión como nuevo obispo de Ciudad Real y prior de las Órdenes Militares en una ceremonia histórica en la Catedral del Prado

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La Catedral de Nuestra Señora Santa María del Prado ha acogido este sábado una ceremonia de gran trascendencia para la Iglesia en Castilla-La Mancha: la solemne toma de posesión de monseñor Abilio Martínez Varea como nuevo obispo de Ciudad Real y prior de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, sucediendo a monseñor Gerardo Melgar Viciosa, quien ha ejercido este ministerio pastoral desde 2016.

El acto religioso, cargado de simbolismo y solemnidad, ha estado presidido por el cardenal Juan José Omella, acompañado por los arzobispos de Toledo y Granada, 19 obispos y 153 sacerdotes, en presencia de centenares de fieles y una amplia representación institucional. Entre ellos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el presidente de la Diputación Provincial, Miguel Ángel Valverde, y el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, junto a parlamentarios nacionales y autonómicos, concejales del Ayuntamiento y autoridades militares y civiles.

Un nuevo tiempo pastoral con retos compartidos

Durante la homilía, el nuevo obispo ha marcado las líneas maestras de su ministerio en Ciudad Real, subrayando la necesidad de una Iglesia abierta al exterior y comprometida con los grandes desafíos de nuestro tiempo, como la descristianización, el envejecimiento de las comunidades eclesiásticas, la falta de vocaciones y la pérdida del sentido trascendente.

Con un mensaje de esperanza, Martínez Varea ha llamado a familias, comunidades y jóvenes a ser testigos valientes del Evangelio, invitándolos a anunciar a Cristo con alegría y firmeza. “Llego con el corazón dispuesto al servicio y a la comunión”, ha afirmado, destacando su compromiso con la unidad de todos los bautizados y la cercanía como rasgo fundamental de su ministerio: cercanía con Dios, con los sacerdotes y con todo el pueblo de Dios.

El nuevo pastor diocesano ha mostrado también su gratitud al Papa por la confianza depositada en él, así como a su predecesor, monseñor Gerardo Melgar, de quien ha reconocido la dedicación y la acogida fraterna.

Reconocimiento institucional

El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, en nombre de la ciudad, trasladó una calurosa bienvenida a monseñor Martínez Varea: “Ciudad Real le recibe con los brazos abiertos, con el deseo sincero de que se sienta desde hoy vecino y paisano, llamado a guiarnos con responsabilidad, cercanía y fe”. El regidor quiso también agradecer a Gerardo Melgar su compromiso con la diócesis y su labor al frente de la Iglesia ciudadrealeña en los últimos años.

Por su parte, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde, calificó la toma de posesión como un momento “de especial relevancia para la provincia” y expresó su deseo de que el nuevo obispo logre “contribuir a construir una sociedad más justa y solidaria, enraizada en una profunda tradición de fe y religiosidad popular”.

Trayectoria de Abilio Martínez Varea

Nacido en Autol (La Rioja) en 1964, ingresó en el seminario de Logroño en 1982, donde cursó Filosofía y Teología. Posteriormente se trasladó a Roma, obteniendo la licenciatura en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana en 1989, año en que fue ordenado sacerdote. En 2017 fue nombrado obispo de Osma-Soria, diócesis que ha dirigido hasta su designación como obispo de Ciudad Real.

Su lema episcopal, “Fidelis est qui vocat vos” (“El que os llama es fiel”), refleja la certeza de que la fidelidad de Dios es el fundamento de su servicio pastoral.

Una nueva etapa para la Diócesis de Ciudad Real

Ciudad Real, erigida como diócesis en 1980 por el papa Juan Pablo II a partir del histórico priorato de las Órdenes Militares, cuenta desde este sábado con su cuarto obispo en la persona de Abilio Martínez Varea. En su homilía final, el nuevo prelado encomendó su ministerio a la protección de la Virgen del Prado, patrona de la ciudad y referencia espiritual de la comunidad diocesana.

Con esta toma de posesión, la diócesis abre un nuevo capítulo en su historia, marcado por la voluntad de afrontar los desafíos pastorales del presente con esperanza, apertura y fidelidad al Evangelio, guiados por un obispo que se presenta con vocación de cercanía y servicio a toda la sociedad ciudadrealeña.

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