Anoche, bajo las cálidas luces del Teatro Municipal de Almagro, la poesía no solo se leyó: se sintió, se respiró y se convirtió en un puente entre el pasado y el presente. El Día Mundial de la Poesía, celebrado cada 21 de marzo, coincidió en esta ocasión con un homenaje póstumo a Manolita Espinosa, figura emblemática de las letras locales cuya vida se apagó justo al inicio de la primavera, temporada que ella misma asociaba con el renacer de las palabras.
El evento, organizado por el Ayuntamiento de Almagro, el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) y el Grupo Literario Guadiana, comenzó con un minuto de silencio que encapsuló la solemnidad del momento. La lectura del poema Voz y alma, obra cumbre de Espinosa, sirvió como preludio a una velada donde las letras se entrelazaron con la música de Versionarte, creando una atmósfera que osciló entre la melancolía y la celebración.
Genaro Galán: “La poesía nos une en lo esencial”
El concejal de Cultura, Genaro Galán, inauguró el acto con un breve discurso que resonó en las paredes del teatro. Destacó la poesía como “lenguaje universal” y rindió tributo a Manolita Espinosa, no solo como escritora y bibliotecaria durante tres décadas, sino como un “alma generosa que sembró amor por la lectura”. Sus palabras también reconocieron la labor de Luis Molina, director del CELCIT, quien en 2025 celebra el 50 aniversario de la institución: “Su compromiso ha convertido a Almagro en un faro cultural”, afirmó.
Luis Molina: “Murió cuando la poesía y la primavera florecen”
Luis Molina, rostro indiscutible del CELCIT en Almagro desde hace más de 30 años, tomó el relevo con emoción contenida. Al recitar los versos de Espinosa, subrayó la simbología de su partida: “Nos dejó justo cuando la poesía y la primavera despiertan. Es un recordatorio de que su legado permanece vivo”. El director, clave en la promoción teatral y literaria de la ciudad, enfatizó cómo Espinosa fusionó su vida con las letras: “Ella era poesía en acción”.
Un recital que trascendió el escenario
Tras los discursos, el Grupo Literario Guadiana tomó protagonismo. Sus miembros, entre voces entrecortadas y aplausos sinceros, compartieron composiciones propias que dialogaron con la obra de Espinosa. La música de Versionarte añadió una capa sensorial, transformando versos en melodías que envolvieron al público. El teatro, testigo de décadas de cultura, vibró con cada estrofa, confirmando que la poesía no es solo palabra escrita, sino experiencia colectiva.
Manolita Espinosa: Un legado que perdura
La velada cerró como empezó: con el nombre de Manolita Espinosa resonando en cada rincón. Poetisa, bibliotecaria y mentora, su labor trascendió lo profesional. “Ella nos enseñó que las bibliotecas no son solo estantes, sino ventanas al mundo”, recordó una asistente. Su poema Voz y alma, ahora más vigente que nunca, sintetiza su filosofía: la literatura como reflejo del alma humana.
Almagro, capital cultural en primavera
El evento no solo conmemoró a Espinosa, sino que reforzó el papel de Almagro como epicentro cultural. Con el CELCIT cumpliendo medio siglo de trayectoria y una agenda que fusiona teatro, poesía y música, la ciudad demuestra que el arte es una herramienta de conexión y resiliencia.
La poesía como semilla eterna
La noche del 21 de marzo dejó claro que Manolita Espinosa no se ha ido: sus versos siguen latiendo en cada libro abierto, en cada recital y en las conversaciones que germinan en las mesas de Almagro. Como dijo Molina: “La poesía no muere; se transforma”. Y en esta primavera, su voz vuelve a florecer.