El pueblo de Daimiel vivió este fin de semana una de sus celebraciones más emblemáticas: la festividad de San Antón, una tradición que reúne a vecinos, mascotas y caballos en una demostración de unidad, fe y alegría. La celebración comenzó el viernes con una solemne función religiosa en la iglesia de Santa María, pero alcanzó su punto álgido el sábado, con la esperada bendición de animales, el desfile y el encendido de la hoguera en la plazoleta de San Antón.
La bendición de animales: Un encuentro de diversidad y devoción
La tradicional bendición de animales volvió a congregar a una gran cantidad de daimieleños quienes acudieron junto a sus mascotas para recibir la protección del patrón de los animales. Desde perros, gatos y canarios, hasta peces y caballos, todos tuvieron su momento de protagonismo en un evento que combina devoción y amor por los animales.
El desfile posterior no dejó indiferente a nadie: los caballos y yeguas de los socios de la Peña Equina ‘Rocinante’ aportaron un toque especial, siendo, como cada año, uno de los principales atractivos para el público.
El encendido de la hoguera: Símbolo de unidad y calidez
Concluido el desfile, los asistentes se trasladaron a la plazoleta de San Antón, donde el encendido de la hoguera marcó el inicio de una noche cargada de simbolismo y compañerismo. En esta ocasión, el honor de prender la hoguera recayó en Jesús Fernández de Marcos, mayoral 2025, acompañado por el presidente de la Peña Equina ‘Rocinante’, Miguel Gómez-Limón, y el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra.
Durante su intervención, el alcalde resaltó la importancia de mantener vivas estas tradiciones que unen al pueblo y fortalecen los lazos de amistad y solidaridad. “El fuego es símbolo de purificación, es la luz que nos dirige y el calor que nos acoge en estos días de frío. Aquí nos juntamos vecinos y amigos, como lo hacían antiguamente en los días más fríos de enero”, afirmó Sierra, destacando el papel de la peña equina y del mayoral en la preservación de esta fiesta.
El edil también dirigió una petición a San Antón, pidiendo protección para todos los daimieleños, así como el fortalecimiento de la comunidad local.
El rol del mayoral y el compromiso de la peña equina
Jesús Fernández de Marcos, nuevo mayoral y expresidente de la peña, asumió su cargo con emoción y responsabilidad, reconociendo el esfuerzo de la actual directiva, compuesta por “gente joven que trabaja incansablemente por mantener vivas las tradiciones del pueblo”.
Por su parte, Miguel Gómez-Limón agradeció la amplia participación registrada tanto en la bendición como en la hoguera, e hizo un llamado a todos los daimieleños para seguir participando en estas festividades: “Nos enorgullece y nos ilusiona poder seguir celebrando esta tradición que nos hace felices a todos”.
El presidente también tuvo un emotivo reconocimiento para los animales que, décadas atrás, fueron esenciales en la vida cotidiana del pueblo. Su legado, afirmó, merece ser valorado y transmitido a las nuevas generaciones.
Solidaridad en acción: La Rifa del Guarrillo de San Antón
Como colofón a la noche, se celebró la tradicional rifa del guarrillo, cuya recaudación este año se destinará a los damnificados por las inundaciones provocadas por la DANA el pasado 29 de octubre. El número afortunado fue el 3.010, que se llevó un variado lote de productos porcinos. Este gesto solidario refuerza el espíritu de comunidad y apoyo mutuo que caracteriza a Daimiel.
