La Iglesia de San Francisco de Almagro se convirtió este sábado en el escenario solemne y profundamente simbólico del Pregón de Navidad 2025, un acto que volvió a congregar a cientos de fieles y vecinos en torno a una de las citas religiosas y culturales más esperadas del calendario navideño local. Organizado por la Orden Franciscana Seglar, el evento estuvo marcado por un mensaje de hondo calado espiritual, teológico y humano, pronunciado por el almagreño Justo Fernández Pedrero, pregonero de esta edición.
Desde los primeros instantes, el pregón destacó por su densidad doctrinal, profundidad reflexiva y tono emocional, en una intervención que fue mucho más allá de una alocución circunstancial para convertirse en una auténtica catequesis pública sobre el sentido verdadero de la Navidad.
Un mensaje centrado en Cristo, la Sagrada Familia y la dignidad humana
Justo Fernández Pedrero articuló su pregón en torno a grandes ejes vertebradores: la Sagrada Familia como núcleo esencial del mensaje cristiano, la centralidad de Jesucristo como razón última de la Navidad, la defensa de la dignidad de toda persona y el papel insustituible de la Iglesia como madre y guía espiritual. Con un lenguaje cuidado, solemne y accesible, el pregonero subrayó que la Navidad “no es una simple fecha del calendario”, sino el acontecimiento que transforma la historia y la vida de cada creyente, insistiendo en que el nacimiento de Cristo debe vivirse y proyectarse durante todo el año.
El texto del pregón, de gran extensión y profundidad, desarrolló una reflexión detallada sobre el misterio del Dios hecho niño, la humildad del pesebre como respuesta al poder y la arrogancia del mundo, y la Navidad como tiempo de confianza, misericordia, reconciliación y esperanza, especialmente para quienes atraviesan situaciones de dolor, enfermedad o soledad. Estas ideas, ampliamente desarrolladas, dotaron al acto de una dimensión espiritual poco habitual, muy valorada por los asistentes.
Defensa de la familia, la fe y el compromiso cristiano
Uno de los momentos más destacados del pregón fue la reivindicación de la familia como “primer templo del amor”, siguiendo la tradición de la Sagrada Familia de Nazaret. Fernández Pedrero apeló a la responsabilidad de padres y madres en la transmisión de la fe, la educación en valores y la vivencia coherente del cristianismo, alertando contra el riesgo de reducir la Navidad a un mero folklore desprovisto de contenido trascendente.
Asimismo, el pregón incluyó una firme defensa de la Iglesia Católica, presentada como depositaria de la fe, la verdad y la caridad a lo largo de dos mil años de historia, y como institución viva, perseguida en muchos lugares del mundo pero sostenida, según sus palabras, “sobre la roca que es Cristo”. El texto recordó también a los cristianos perseguidos en distintos países, integrando la Navidad en una visión universal y solidaria de la fe.
Un acto cargado de emoción y tradición
La Iglesia de San Francisco presentó un lleno absoluto, en un ambiente de recogimiento y respeto que se prolongó durante toda la intervención del pregonero. Tras el pregón, la Asociación Folclórica “Campos de Calatrava” de Almagro ofreció un cuidado repertorio de villancicos tradicionales, que aportó el contrapunto musical y popular a una tarde marcada por la espiritualidad y la tradición.
Como reconocimiento a su intervención, la Orden Franciscana Seglar hizo entrega a Justo Fernández Pedrero de una placa conmemorativa del Pregón de Navidad 2025, además de obsequiar a los integrantes de la asociación folclórica por su participación. El acto concluyó en un ambiente fraterno con una chocolatada y dulces navideños, compartidos por todos los asistentes, reforzando el carácter comunitario y acogedor del encuentro.
Un pregón que deja huella
El Pregón de Navidad 2025 en Almagro se consolida así como un referente religioso, cultural y social, no solo por la calidad literaria y doctrinal del texto pronunciado, sino por su capacidad para interpelar al oyente y recordarle el sentido profundo de la Navidad: la verdad, el amor y la fe vividos con coherencia durante todo el año. Un mensaje que, como recoge el propio pregón, invita a ser “luz en medio de las sombras” y a hacer de cada gesto cotidiano una prolongación del misterio de Belén.
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