En medio de un clima de tensiones y acusaciones, la Escuela de Tauromaquia de Ciudad Real ha salido al paso para desmentir las “falsas afirmaciones” que, según su Junta Directiva, han buscado manchar su reputación. En un comunicado extenso, la institución defiende su labor formativa, su compromiso con valores éticos y su apuesta por la colaboración interprovincial, al tiempo que aclara su postura frente a críticas relacionadas con subvenciones, exclusividad en actividades y conflictos con otras escuelas taurinas.
Misión y valores: Más allá del toreo
La escuela, gestionada por una asociación cultural sin ánimo de lucro, subraya que su objetivo principal es la formación integral de sus 25 alumnos —entre chicos y chicas—, combinando técnicas taurinas con valores como el respeto, la humildad, el trabajo en equipo y la superación personal. “No formamos solo toreros; formamos personas”, recalca el comunicado.
La institución insiste en que su financiación, proveniente de una subvención de la Diputación Provincial de Ciudad Real, se destina íntegramente a sus alumnos, sin condicionantes externos. “Ni un euro se desvía de su propósito: garantizar recursos para entrenamientos, tentaderos y clases prácticas”, aseguran.
Colaboración vs conflicto: El dilema de las Escuelas Taurinas
Uno de los puntos más controvertidos es la supuesta exclusión de alumnos de otras escuelas taurinas de la provincia en actividades organizadas por la escuela de Ciudad Real. La Junta Directiva aclara que no existe obligación legal ni administrativa de incluir a externos en sus programas, ya que la subvención está vinculada exclusivamente a sus propios estudiantes.
No obstante, destacan su voluntad colaborativa con escuelas de Valencia, Castellón, Alicante, Córdoba, Albacete, Toledo y Guadalajara, con las que han establecido intercambios de alumnos. Este acuerdo ha permitido a estudiantes de Ciudad Real participar en eventos como las Fallas de Valencia o la Feria de Hogueras de Alicante, lo que, según la escuela, “refuerza su proyección nacional”.
En contraste, critican la falta de reciprocidad de algunas escuelas provinciales, como la de Miguelturra, que rechazó incluir alumnos de Ciudad Real en un festejo en Tomelloso en octubre de 2024. “Nuestra puerta sigue abierta al diálogo”, señalan.
El Certamen “Reina Rincón”: Un homenaje fallido
La polémica también alcanzó un proyecto simbólico: la propuesta de nombrar su Certamen de Clases Prácticas como “Reina Rincón”, en honor al único matador de toros nacido en Ciudad Real. La iniciativa, sin embargo, fue rechazada por José Reina Lozano, padre del torero, por motivos no especificados. Pese a la decepción, la escuela respeta la decisión y mantiene su compromiso de “enaltecer figuras locales”.
Defensa del prestigio: Un llamamiento al respeto
La escuela cierra su comunicado exigiendo rectificaciones por las “afirmaciones difamatorias” que, aseguran, buscan socavar su trayectoria. Con apenas un año de funcionamiento, la institución se define como un “referente taurino” a nivel regional y nacional, gracias a eventos como la futura novillada sin picadores en la Plaza de Toros de Ciudad Real, donde participarán sus alumnos más destacados.
“Instamos a quienes nos critican sin fundamento a sumarse a un diálogo constructivo. Nuestra prioridad es preservar la tauromaquia como patrimonio cultural, nunca el enfrentamiento”, concluyen.
La Escuela de Tauromaquia de Ciudad Real se enfrenta a un desafío doble: consolidar su modelo educativo en un contexto polarizado y defender su legitimidad ante ataques externos. Su apuesta por valores éticos, colaboración interregional y transparencia financiera busca no solo formar toreros, sino también custodiar una tradición que, para muchos, trasciende lo artístico para convertirse en identidad.