La Coral Polifónica “Orden de Calatrava” volvió a hacer historia en Almagro con un concierto único que cumplió —y superó— todas las expectativas. Este viernes, la Iglesia de San Blas se convirtió en el escenario de un viaje sonoro bajo el título “Ojos Claros, Serenos. El renacer de la Música”, una propuesta artística que unió la brillantez de la coral con la delicadeza de la música antigua para apoyar las obras de restauración de este templo almagreño.
El concierto, de entrada libre y con la invitación a realizar donativos voluntarios, registró un lleno absoluto. El público respondió de forma masiva a esta iniciativa solidaria que buscaba no solo ofrecer cultura de calidad, sino también contribuir a la conservación de uno de los rincones más valiosos del patrimonio local.
Un espacio que respira música: La Coral y el “movimiento”
Con 22 integrantes, la Coral Polifónica “Orden de Calatrava” sorprendió al público con un concierto “en movimiento”, en el que los miembros interactuaron con el espacio, desplazándose y utilizando diferentes zonas del templo como parte de la puesta en escena. Este recurso innovador enriqueció las interpretaciones y permitió que la música fluyera de forma orgánica y generando una atmósfera íntima e intensa a la vez.
Cada pieza fue recibida con aplausos por los asistentes, que no ocultaron su impresión ante una ejecución cuidada hasta el último detalle. La calidad vocal del coro, unida a la sensibilidad interpretativa, consiguió elevar la experiencia musical.
Audi Filia Música Antigua: El toque barroco que cautivó
La participación especial del ensemble Audi Filia Música Antigua aportó un sello distintivo al concierto. Con Ángel Cervera a la flauta dulce, Maximilian Alexandru Cirstea en la percusión y Rafal del Campo al clave, el trío transportó al público al universo sonoro del Barroco (1600-1750).
Especialmente destacable fue la ejecución de Rafal del Campo al clave —también conocido como clavicémbalo o clavecín—, un instrumento de cuerda pulsada que con sus sonidos cristalinos y elegantes llenó de nostalgia y belleza la iglesia. Los solos de flauta dulce, con su melodía relajante y ensoñadora, añadieron un componente casi mágico al concierto, mientras que la percusión aportó sutileza y ritmo a un programa que rozó la perfección.
Los tres músicos fueron ovacionados en múltiples ocasiones, sorprendiendo gratamente a un público que reconoció la calidad y el rigor histórico de su interpretación.
Un programa extenso y magistral
La cuidada selección de obras y la impecable ejecución tanto del coro como del ensemble hicieron de “Ojos Claros, Serenos” un concierto para el recuerdo. El público disfrutó no solo de la música, sino también del propio espacio, donde la sonoridad de la iglesia de San Blas —con su acústica envolvente— potenció cada nota y cada silencio.
La Coral Polifónica “Orden de Calatrava” cerró el acto entre aplausos y con la satisfacción de haber logrado un doble objetivo: ofrecer arte en estado puro y contribuir al mantenimiento y puesta en valor de un tesoro patrimonial tan querido por los vecinos de Almagro.
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