La campaña de recolección de la aceituna en la provincia de Ciudad Real se encuentra en su recta final, pero este importante momento para el sector agrario está siendo interrumpido por la presencia constante de inspectores de trabajo, acompañados de un importante despliegue de la Guardia Civil. Aunque desde la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ciudad Real se defiende la importancia de realizar inspecciones laborales para evitar irregularidades, la organización agraria ha alzado la voz contra lo que consideran un modo desproporcionado de llevarlas a cabo.
Denuncias de intimidación y trato desigual
Según los agricultores representados por ASAJA Ciudad Real, el desarrollo de estas inspecciones con un número considerable de agentes del orden genera un ambiente de intimidación en el sector. Los agricultores aseguran sentirse tratados como delincuentes, señalando que esta situación no ocurre con la misma intensidad en otros sectores productivos.
“El despliegue que acompaña a cada inspección laboral en el campo es percibido como un ataque directo al sector primario. Esto no es simplemente una revisión de cumplimiento normativo; parece una persecución constante hacia nuestro trabajo,” expresan desde la organización agraria.
Críticas a las medidas adoptadas
ASAJA Ciudad Real subraya que estas actuaciones solo serían justificables si existieran pruebas concretas de actividades ilícitas relacionadas con la explotación laboral. En su lugar, las inspecciones realizadas en el campo suelen ser de carácter rutinario, con un enfoque que ASAJA considera más coercitivo que preventivo.
La organización propone que se opten por medidas preventivas a través de procedimientos administrativos y controles menos invasivos para garantizar el cumplimiento de la normativa laboral. Según ASAJA, estas medidas resultarían más efectivas y menos perjudiciales para los agricultores.
Un sector bajo presión
En paralelo a estas inspecciones, los agricultores enfrentan grandes dificultades para encontrar mano de obra suficiente para la recolección de la aceituna. Los costos salariales, que han aumentado considerablemente, se convierten en una carga inasumible para muchos pequeños productores. ASAJA critica duramente la falta de sensibilidad del Ministerio de Trabajo ante esta situación y subraya la necesidad de implementar políticas que faciliten la contratación de trabajadores.
“Es incongruente que el Gobierno permita la entrada de personas migrantes al país, pero luego les niegue la posibilidad de trabajar de manera legal debido a su situación administrativa. Esta realidad genera problemas tanto para los empleadores como para la sociedad en general,” añade ASAJA Ciudad Real.
Propuestas y soluciones urgentes
Desde la organización agraria, se insta al Gobierno a desarrollar políticas efectivas que aseguren la disponibilidad de mano de obra en el sector agrario. Esto incluiría flexibilizar las normativas que dificultan la contratación de trabajadores migrantes y realizar campañas informativas que fomenten un cumplimiento normativo más transparente y menos invasivo.
En un momento en el que el sector agrario desempeña un papel clave en la economía y el desarrollo demográfico de la región, ASAJA Ciudad Real hace un llamado a las autoridades para que se adopten medidas que protejan y fortalezcan a los agricultores en lugar de someterlos a constantes presiones y controles que ponen en peligro su viabilidad.
La situación en los campos de la provincia de Ciudad Real refleja un desequilibrio entre la necesidad de garantizar condiciones laborales justas y la protección de un sector fundamental para la economía local. ASAJA Ciudad Real ha dejado claro que, mientras la Inspección de Trabajo continúe actuando de manera que intimida y perjudica a los agricultores, el sector primario seguirá bajo una presión innecesaria que podría tener graves repercusiones en el futuro del campo español.