El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado este jueves una nueva medida que promete revolucionar la seguridad vial en España: la reducción de la tasa de alcohol en sangre para conductores, situándola en 0,2 gramos por litro, frente a la tasa actual de 0,5 gramos. Esta medida, que busca reducir aún más la siniestralidad en las carreteras, será sometida a debate parlamentario, en un proceso que involucra a las diversas fuerzas políticas del país.
Durante su intervención en un Desayuno Informativo de Forum Europa, Grande-Marlaska subrayó que “la sociedad española está madura” para asumir esta nueva normativa, alineándose así con los países europeos que ya han implementado medidas similares, como Suecia. La propuesta, que proviene de la Dirección General de Tráfico (DGT), responde a una necesidad urgente de mejorar la seguridad vial y reducir los accidentes relacionados con el consumo de alcohol y drogas.
Un paso crucial en la lucha contra la “violencia vial”
El ministro basó su intervención en cifras alarmantes: 241 personas fallecieron en las carreteras españolas durante el verano, y en más de la mitad de estos accidentes, el alcohol o las drogas fueron un factor determinante. Estas estadísticas refuerzan el argumento de las asociaciones contra la “violencia vial”, que llevan años pidiendo una respuesta contundente por parte de las autoridades.
Grande-Marlaska destacó que, aunque las muertes en carretera han disminuido desde la implementación del carné por puntos en 2006, con 36 fallecidos por millón de habitantes, todavía queda trabajo por hacer. La media de la Unión Europea es de 47 muertes por millón, pero países como Suecia, Dinamarca y Alemania tienen tasas mucho más bajas, y ese es el nuevo reto que España quiere alcanzar.
El proceso parlamentario y la colaboración de todas las fuerzas políticas
La reducción de la tasa de alcohol se llevaría a cabo mediante una reforma del artículo 20 del reglamento general de circulación, lo que requerirá el respaldo de las diferentes fuerzas parlamentarias. Este proceso legislativo tiene como objetivo establecer una normativa más estricta y adecuada a los estándares de seguridad vial de Europa del Norte.
La iniciativa de rebajar la tasa de alcohol no es nueva; ya en junio se planteó una medida similar, aunque dirigida únicamente a conductores noveles y profesionales. Sin embargo, ahora el Ministerio del Interior propone una aplicación más generalizada, consciente de que el cambio puede generar un impacto positivo en la reducción de accidentes y salvar vidas.
Cursos voluntarios para recuperar puntos del carné
Además de la reducción de la tasa de alcohol, Grande-Marlaska también se ha mostrado abierto a discutir la implementación de cursos voluntarios para la recuperación de puntos del carné de conducir. Esta opción ofrecería a los conductores sancionados una vía para mejorar su comportamiento al volante, aprendiendo técnicas y normas que ayuden a prevenir futuros incidentes.
La medida de los cursos es vista como un complemento educativo y preventivo, buscando no solo castigar las infracciones, sino también corregirlas a través de la formación y la concienciación sobre la seguridad vial.
El impacto esperado: ¿España hacia un modelo de seguridad vial nórdico?
La apuesta por reducir la tasa de alcohol en sangre forma parte de un esfuerzo mayor por colocar a España a la vanguardia de la seguridad vial en Europa. Los países nórdicos, como Suecia y Dinamarca, son el referente en esta materia debido a sus estrictas políticas de control de alcohol y drogas en conductores, que han demostrado ser altamente efectivas para reducir las cifras de siniestralidad.
Al adoptar estas medidas, España no solo espera disminuir el número de fallecidos en sus carreteras, sino también consolidar un cambio de mentalidad en los conductores. Grande-Marlaska insistió en que el desafío no es solo normativo, sino también cultural: “Necesitamos que los ciudadanos entiendan que una conducción responsable es clave para proteger vidas”.
La resistencia de algunos sectores y el apoyo de las asociaciones
A pesar de que la reducción de la tasa de alcohol cuenta con el respaldo de muchas asociaciones de víctimas y colectivos de seguridad vial, la medida no está exenta de polémica. Algunos sectores han expresado su preocupación por el impacto que esta normativa podría tener en la vida cotidiana de los conductores, especialmente aquellos que viven en zonas rurales donde el acceso al transporte público es limitado.
Sin embargo, Grande-Marlaska se ha mostrado firme en su postura, señalando que las cifras de fallecidos son inaceptables y que la única forma de revertir esta tendencia es mediante cambios estructurales en la legislación y en el comportamiento social. Las asociaciones de víctimas de tráfico han aplaudido la iniciativa, considerando que representa un paso crucial para reducir los accidentes y salvar vidas.