Cuando el sol aprieta y el calor se vuelve el protagonista, pocas cosas apetecen más que un plato que nos refresque y nos aporte energía. En la gastronomía española, hay un rey indiscutible para estas ocasiones: el “gazpacho andaluz”. Más que una simple especie de sopa fría, es un elixir de verduras frescas, un verdadero símbolo de la dieta mediterránea y un bálsamo para el cuerpo en los días de verano.
Originario del sur de España, el gazpacho ha evolucionado de sus humildes orígenes campesinos a convertirse en un plato sofisticado y universalmente apreciado. Su secreto reside en la calidad de sus ingredientes y en la sencillez de su elaboración, que permite que cada sabor brille por sí mismo.
A continuación, les ofrecemos la receta para que puedan preparar este manjar en sus hogares y disfrutar de la esencia de Andalucía en cada sorbo.
Receta: «Gazpacho Andaluz» auténtico
Ingredientes:
- 1 kg de tomates maduros (preferiblemente de rama o pera), bien rojos y carnosos.
- 1 pimiento verde italiano (alargado y fino).
- 1 pepino (aproximadamente 100-150 g), pelado.
- 1/2 cebolla tierna (opcional, algunos prefieren no añadirla para un sabor más suave).
- 1 diente de ajo (sin el germen interior si quieres evitar que repita).
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra de buena calidad.
- 20 ml de vinagre de vino blanco (o al gusto, puedes usar vinagre de Jerez).
- Agua fría (aproximadamente 50-100 ml, o al gusto, para ajustar la textura).
- Sal al gusto (también se le puede añadir una pizca de pimienta al gusto).
- una rebanada o dos de pan sentado (pan de un día para otro, que no esté tierno).
- Opcional para acompañar (picatostes, pepino, pimiento, cebolla, tomate picado).
Preparación:
- Preparar las verduras: Lava bien los tomates, el pimiento verde y el pepino. Trocea los tomates de forma burda. Despepita el pimiento y trocéalo también. Pela el pepino y córtalo en trozos. Pela la cebolla (si la usas) y el diente de ajo.
- Triturar los ingredientes: En un recipiente hondo (idealmente en el vaso de la batidora grande o en una batidora de jarra), introduce todos los ingredientes troceados: los tomates, el pimiento, el pepino, la cebolla (si la usas) y el ajo. Las rebanadas de pan se trocean también de la misma manera.
- Añadir los líquidos y la sal: Vierte el aceite de oliva virgen extra y el vinagre. Añade una pizca generosa de sal (una pizca de pimienta optativa). El vinagre se recomienda no excederse y posteriormente tras haber terminado, rectificar si es necesario de vinagre.
- Batir hasta obtener una crema fina: Con una batidora de mano o una batidora de jarra potente, tritura todos los ingredientes a máxima velocidad hasta obtener una crema fina y homogénea al gusto. Es crucial batir bien para que no queden trozos y la textura sea sedosa.
- Ajustar la consistencia: Si el gazpacho está demasiado espeso para tu gusto, añade un poco de agua fría poco a poco, mientras sigues batiendo, hasta alcanzar la consistencia deseada.
- Colar (opcional): Para conseguir una textura aún más fina y sin restos de pieles o semillas, pasa el gazpacho por un colador fino o un chino. Ayúdate de una cuchara o espátula para presionar y extraer todo el líquido. Este paso es el secreto de muchos gazpachos profesionales.
- Enfriar: Prueba el gazpacho y rectifica de sal o vinagre si fuera necesario. Mételo en el frigorífico durante al menos 2-3 horas antes de servir. Lo ideal es prepararlo con antelación para que esté bien frío y los sabores se asienten.
Consejos para Servir:
El gazpacho se sirve muy frío, tradicionalmente acompañado de pequeños cuencos con “guarnición” o “tropezones” que cada comensal añade a su gusto. Los más comunes son:
- Dados pequeños de pepino.
- Dados pequeños de pimiento verde.
- Dados pequeños de tomate.
- Dados pequeños de cebolla.
- Picatostes de pan frito.
Buen provecho!