La cita más importante del sector vitivinícola en España, FENAVIN, ha abierto sus puertas este martes en Ciudad Real con una propuesta que va más allá del vino. Este año, la cultura taurina se marida con los caldos manchegos en una fusión que rinde homenaje a las tradiciones más arraigadas de la provincia. Entre los nombres propios que se alzan como protagonistas están los toreros Juan Ortega, Carlos Aranda y Guillermo Hermoso de Mendoza, así como los legendarios encierros de Almodóvar del Campo, considerados los más antiguos de la Península.
Una de las grandes novedades de esta edición de FENAVIN es la carpa audiovisual instalada a la entrada de IFEDI, donde la Diputación Provincial de Ciudad Real ha querido apostar fuerte por la difusión del patrimonio cultural y festivo de la región. A través de una pantalla gigante, los visitantes pueden revivir algunos de los momentos más emocionantes de la pasada temporada taurina en la provincia.
Destacan especialmente las faenas magistrales de Juan Ortega y del rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza en la plaza de toros de Las Eras de Marta, en Almodóvar del Campo, un coso con solera que se ha convertido en referente del calendario taurino regional. A ellos se suma la actuación del torero ciudadrealeño Carlos Aranda, que se enfrentó con temple y valentía a los temidos ‘Adolfos’ en Daimiel, consolidando su posición como uno de los diestros con mayor proyección en el panorama actual.
Pero no solo el toreo de luces tiene cabida en este espacio. El audiovisual también da protagonismo a los festejos populares que forman parte inseparable del alma de muchas localidades manchegas. Ejemplo de ello son los encierros de Almodóvar del Campo, con una historia que se remonta a siglos atrás y que aún hoy congregan a multitudes por su intensidad, tradición y espectacularidad. También se recoge el exitoso Concurso de Recortadores celebrado en el municipio el pasado año, en el que se pudo admirar el arte y el coraje de los participantes frente al toro en su versión más pura.
La apuesta de FENAVIN por integrar el mundo taurino en su programación no es casual. Se trata de una muestra más de la voluntad de la feria por convertirse en un escaparate integral de la cultura manchega. Y es que, en esta tierra, el vino y el toro no son solo símbolos; son formas de vida que dialogan, conviven y se enriquecen mutuamente.
Esta simbiosis entre el vino y la tauromaquia, entre el campo y la plaza, entre la vendimia y la faena, deja claro que FENAVIN no es solo una feria para profesionales del sector vitivinícola, sino también un espacio para sentir y celebrar la identidad de un territorio que, orgulloso de sus raíces, sabe mirar al futuro sin renunciar a lo que le hace único.