Desde el 20 de marzo y hasta el 16 de junio, el Espacio de Arte Contemporáneo de Almagro se convierte en el escenario para una experiencia única: la exposición “Magical Paradise Interstellar” de la artista plástica Olga Alarcón. Este proyecto, que fusiona la introspección personal con la creatividad artística, es un viaje emocional a través de la infancia, la memoria y la preocupación por el medio ambiente.
En un total de 44 piezas, Olga Alarcón presenta un fascinante universo donde las emociones del presente se entrelazan con los recuerdos de su niñez. Utilizando materiales y residuos encontrados en sus paseos por el campo, así como creaciones propias, la artista expone su visión sobre “la sinrazón de la basura y la constante fabricación de objetos innecesarios que nunca se podrán usar ni almacenar”.
Las obras de Alarcón no solo son una manifestación artística, sino también una declaración de preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad. La artista explora la utopía de un planeta libre de desechos y objetos superfluos, invitando al espectador a reflexionar sobre su propio impacto en el mundo que habitamos.
Durante la inauguración de la muestra, Olga Alarcón compartió sus inspiraciones y procesos creativos, revelando cómo transforma objetos aparentemente sin valor en paisajes imaginarios y seres fantásticos. Desde “animalacias” hasta “montuosacias”, cada obra es una ventana a un mundo limpio de armas y contaminación, una representación primitiva e infantil de la pureza perdida en nuestro entorno.
Genaro Galán, concejal de cultura de Almagro, elogió la capacidad de Alarcón para crear arte contemporáneo en un entorno rural, mientras que su amigo y poeta Luis Díaz Cacho destacó la personalidad única de la autora y la singularidad de su obra.
“Olga es una humanista en su sentido más renacentista”, expresó Díaz Cacho. “Su estilo personalísimo y la composición perfectamente estructurada hacen de esta exposición un deleite para la contemplación”.
“Magical Paradise Interstellar” no solo es una exhibición del arte, sino también un llamamiento a la reflexión y la acción en favor del medio ambiente. Invita al público a sumergirse en un mundo de creatividad, imaginación y conciencia ambiental, desafiando los límites de lo que el arte puede lograr en la mente y el corazón de quienes lo contemplan.