Hay días que se graban para siempre en la memoria. Días que no necesitan de grandes espectáculos ni escenarios deslumbrantes, porque están hechos de lo que realmente importa: personas, sentimientos sinceros y la calidez de las raíces compartidas. Ayer, en Bolaños de Calatrava, se vivió uno de esos días inolvidables para los residentes de la Residencia Virgen del Monte.
Junto a familiares, trabajadores y con la compañía especial de la Concejala de Mayores del Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava, Angelines de Toro Almansa, los mayores emprendieron un entrañable viaje hasta la ermita de la Stma. Virgen del Monte, patrona del municipio. Una visita cargada de emoción, en la que cada paso evocaba un recuerdo, una historia o una vivencia del pasado. Era, más que un simple desplazamiento, un reencuentro con la esencia de su identidad, un homenaje a toda una vida marcada por la devoción, la familia y las tradiciones locales.
El ambiente fue cálido y cercano, y los lazos entre generaciones se reforzaron en cada gesto, en cada palabra compartida. El corazón del día llegó con la degustación de las tradicionales migas, un plato humilde que supo, como nunca, a hogar, a infancia, a aquellos tiempos en los que reunirse en torno a la mesa era el mayor de los lujos. Fue un momento de comunión con los sabores de siempre, con la memoria colectiva de un pueblo que no olvida a sus mayores.
Como si el día no pudiera ser más especial, la artista María Dolores deleitó a todos los presentes con su voz. Su actuación fue el broche de oro a una jornada ya de por sí perfecta. Canciones que conectaban con lo más íntimo del alma, melodías que hicieron brotar lágrimas de alegría y nostalgia a partes iguales. Un auténtico regalo que elevó la jornada al plano de lo mágico.
Desde el Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava no han dudado en agradecer públicamente a la Hermandad de la Stma. Virgen del Monte por su hospitalidad, generosidad y por hacer sentir tan especiales a los mayores en una jornada que quedará grabada en sus corazones.
“La visita no fue solo una salida; fue un viaje al corazón de sus raíces, una caricia al alma, un regalo lleno de significado”, destacaron desde la organización. Y es que cuidar de los mayores va mucho más allá de atender sus necesidades físicas: es también ofrecerles nuevas experiencias que enriquezcan su día a día, que les devuelvan sonrisas y fortalezcan su sentido de pertenencia.
Con iniciativas como esta, el Ayuntamiento reafirma su compromiso con las personas mayores, creando espacios de encuentro intergeneracional y fomentando momentos de felicidad, memoria y fraternidad. Porque ellos lo merecen. Porque construir un futuro digno también implica honrar el pasado de quienes lo hicieron posible.
Este día tan especial ha dejado una huella imborrable. En la Residencia Virgen del Monte, ayer no fue solo una fecha más en el calendario: fue vida, fue emoción, fue historia compartida.
Y como ellos mismos dirían… gracias por un día tan bonito, tan nuestro, tan lleno de vida.