En una emotiva sesión ordinaria celebrada este jueves, el Pleno del Ayuntamiento de Almagro aprobó, siguiendo el orden del día en su punto dos, una propuesta que rendirá homenaje a la memoria del exalcalde Antonio García Rivero. El recinto ferial de la ciudad será nombrado “Don Antonio García Rivero” en reconocimiento a su “contribución al desarrollo social, cultural y económico de la ciudad”.
Antonio García Rivero, quien falleció recientemente, desempeñó el cargo de alcalde de Almagro entre 1995 y 2003. Durante su mandato, impulsó la urbanización de los terrenos donde hoy se erige el Recinto Ferial, dotando a la ciudad de un espacio que ha sido fundamental para eventos y actividades a lo largo de todo el año. Además, su gestión facilitó la instalación del Museo Nacional del Teatro y la adquisición de la Antigua Universidad Renacentista, asegurando su conservación y realzando el patrimonio cultural de Almagro.
El actual alcalde, Francisco Javier Núñez, destacó las significativas aportaciones de García Rivero al desarrollo de Almagro. “Antonio García Rivero hizo importantes aportaciones para el desarrollo de Almagro y creemos que merecía un reconocimiento. Hemos pensado que la mejor ubicación es un proyecto que desarrolló íntegramente”, señaló Núñez, subrayando la visión de futuro del exalcalde que convirtió a Almagro en una de las pocas localidades de la provincia con un recinto ferial acorde a las exigencias del siglo XXI, fomentando un área deportiva, lúdica y de encuentro.
La propuesta fue aprobada con los votos a favor del Partido Popular (PP) y “Por Almagro”, mientras que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) optó por la abstención. Los representantes del PSOE expresaron su desacuerdo, argumentando que abriría la puerta a reconocer a otros alcaldes de la misma manera. “Ha habido muchos alcaldes ya fallecidos que han hecho obras importantísimas. Los alcaldes tienen que trabajar por el pueblo y creemos que no es apropiado poner el nombre de un alcalde a un espacio público”, declararon.
El Recinto Ferial “Don Antonio García Rivero” se erige ahora no solo como un espacio de celebración y encuentro, sino también como un monumento vivo al empeño y visión de un almagreño que transformó Almagro para las generaciones venideras.