Almagro vivió este pasado domingo una de esas tardes que se guardan en la memoria familiar como un pequeño tesoro. El Teatro Municipal se transformó en un auténtico escenario de ilusión para acoger la representación de “El Grinch”, una obra fresca, alegre y pensada especialmente para los más pequeños, puesta en escena por los alumnos y alumnas de la Escuela Municipal de Teatro de Almagro.
Desde mucho antes de que se levantara el telón, el ambiente ya anunciaba que algo especial estaba a punto de ocurrir. El patio de butacas se vio completamente abarrotado, con familias enteras ocupando cada rincón del teatro: papás y mamás, niños y niñas con los ojos brillantes, abuelos y nietos compartiendo sonrisas… Una auténtica fiesta intergeneracional en torno al teatro y la Navidad.
Durante 45 minutos llenos de carcajadas, momentos tiernos y muchísima magia navideña, los jóvenes actores, con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años, demostraron sobre el escenario todo el trabajo realizado a lo largo del trimestre. Un esfuerzo constante que se tradujo en una función dinámica, divertida y cargada de emoción, capaz de atrapar tanto a los más pequeños como a los adultos.
La responsable de esta versión tan especial es la actriz y directora Beatriz Naranjo Menchén, quien ha adaptado el famoso cuento del Dr. Seuss para acercarlo al público infantil sin perder la esencia del relato original. Gracias a esta cuidada adaptación, los niños y niñas de la Escuela Municipal de Teatro dieron vida al personaje más gruñón —y más verde— de la Navidad: El Grinch.
Ese ser peludo que vive en una cueva, que refunfuña más que un gato enfadado y que asegura odiar los villancicos, los regalos y todo lo que huela a Navidad… aunque, como bien sabe el público, incluso el corazón más pequeño puede crecer cuando se deja llevar por la amistad, la alegría y la magia compartida. Acompañado de su inseparable y entrañable mascota, el Grinch fue conquistando poco a poco al público hasta rendirse, cómo no, al auténtico espíritu navideño.
La respuesta del público fue entusiasta y emocionante. Al finalizar la obra, el Teatro Municipal de Almagro se puso en pie para regalar a los jóvenes intérpretes y a su directora una larga y cálida ovación, con aplausos que resonaron durante varios minutos y que premiaron el talento, la dedicación y la ilusión desplegados sobre el escenario.
Esta representación fue todo un éxito artístico, además de ser una muestra del valor del teatro como herramienta educativa y cultural, capaz de fomentar la creatividad, el trabajo en equipo y el amor por las artes escénicas desde edades tempranas. Una tarde que confirmó que en Almagro, cuna del teatro, el futuro de las tablas está en muy buenas manos… y muy bien acompañado de risas infantiles.
Porque si algo quedó claro este domingo es que, cuando el teatro se llena de niños, familias y sueños compartidos, la magia de la Navidad llega incluso al corazón del Grinch.
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