“Estoy feliz, halagado, honrado y muy agradecido por este homenaje del Festival y de un pueblo con el que tengo una gran relación”, ha declarado Gómez-Cornejo a Europa Press tras conocer el reconocimiento, un reconocimiento que ha indicado que recogerá en representación a todos los profesionales de la iluminación teatral.

Y es que, según ha afirmado, la iluminación es una de las últimas disciplinas en incorporarse al espectáculo teatral y, aunque el público cada vez es capaz de apreciarlo más y distingue los detalles, aboga por seguir reivindicando el papel que la luz tiene en un montaje como parte principal del proceso creativo y como elemento dramatúrgico.

Para el experimentado diseñador de iluminación lo más importante a la hora de diseñar esa iluminación para un espectáculo es sumergirse en la historia y conocer su espíritu así como el enfoque que de él quiere mostrar el director.

Ligado al Festival de Almagro

Juan Gómez-Cornejo ha estado ligado desde hace tres décadas al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro cuando estrenó una de las obras de las que guarda mejor recuerdo, “supongo que por mi compromiso, mi juventud y la gran oportunidad que supuso para mí”, que no es otra que ‘El alcalde de Zalamea’ que dirigió José Luis Alonso y protagonizó Jesús Puente en 1989.

“Recuerdo muchos espectáculos en Almagro porque el hecho de que la mayoría se hagan al aire libre hace que, aunque muchos no nazcan allí, yo procure asistir y eso me ha generado trabajar muchas noches mirando las estrellas de esa localidad desde distintos escenarios”, ha manifestado.

Precisamente de esos escenarios recuerda especialmente, y reivindica que se pueda volver a utilizar en el futuro -“a mi me encantaría reinaugurarlo”- como es el claustro de los Dominicos, donde Juan Gómez-Cornejo trabajó en innumerables ocasiones de la mano de los geniales Miguel Narros y Andrea D’Odorico.

Gómez-Cornejo, que no tiene ningún mal recuerdo de ninguno de las decenas de montajes en los que ha trabajado —y sigue trabajando en la actualidad con la Compañía Nacional de Teatro Clásico dirigida por Helena Pimenta— sí que asegura que una de las cosas que más le gustan de Almagro es “que para el público es un acto de plena voluntad y deseo” asistir al teatro, lo que hace que “incluso, a veces, no les importe esperar bajo la lluvia hasta que empiece la función”.

Trayectoria

Trabajador incansable, lleva más de 30 años dedicado al diseño de la iluminación de espectáculos de teatro, danza y opera. Juan Gómez-Cornejo ha sido el artífice de ‘llenar de luz’ el Teatro de la Abadía, el Teatre Lliure y el Teatro Central de Sevilla. Ha trabajado con algunos de los directores más reputados en la escena española y extranjera, como Miguel Narros, Natalia Menéndez, el yugoslavo Toma Pandur, Adolfo Marsillach o Ernesto Caballero.

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Desde 1980 ha desarrollado su profesión en el Teatro, alternando labores como Iluminador y Director Técnico en diferentes Teatros y Festivales. Gómez-Cornejo ha defendido en múltiples ocasiones que la luz tiene la capacidad de “crear espacios, ambientes e incluso una dramaturgia concreta”, esa capacidad a la que el otorga un sello que hace que sus trabajos tengan personalidad y sean inconfundibles.

Otros homenajeados

El Festival de Almagro celebra cada año este acto para reconocer y poner en valor la dedicación de personalidades, docentes, directores, productores o artista cuya labor y contribución al universo del patrimonio artístico barroco haya sido fundamental y relevante para el crecimiento, estudio o la difusión de dicho patrimonio: José Nieto, Vicente Fuentes, Rafael Pérez Sierra, César Oliva, Andrés Peláez, José Tamayo, José Hierro, José Manuel Garrido, Javier Artiñano, Ángel Fernández Montesinos, entre otros.