La Semana Santa de Almagro, reconocida por su profundo arraigo histórico y espiritual, ha vivido este segundo domingo de Cuaresma un momento histórico. La Hermandad de la Esclavitud de la Santa Vera Cruz de Almagro ha celebrado, tras más de cinco años de interrupción, el besapiés del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, conocido también como El Señor de la Vera Cruz. Este acto, suspendido primero por la pandemia y posteriormente por la restauración de la venerada imagen en 2024, ha reunido a cientos de cofrades y devotos en la Ermita de Santa Ana, marcando un renacer de las tradiciones que preceden a la Pasión y Resurrección de Cristo.
Un reencuentro anhelado
Desde primeras horas de la mañana, la ermita almagreña se convirtió en epicentro de una devoción contenida durante años. Fieles de todas las edades se acercaron a la ermita para besar o tocar las heridas de la imagen restaurada, un gesto humilde que simboliza la unión entre el creyente y el sacrificio de Cristo. “Este besapiés no es solo un ritual; es una forma de reconectar con nuestra identidad”, compartió un devoto local, emocionado tras participar en el acto.
La restauración de la imagen, permitió recuperar detalles artísticos ocultos por el paso del tiempo, realzando la expresividad de la talla. Los trabajos, supervisados por expertos en patrimonio religioso, garantizaron que cada grieta y pliegue del Cristo mantuviera su carga simbólica, esencial para el fervor de los fieles.
Oración, silencio y comunión
“Que cada una de tus llagas sea para mí un signo de tu amor infinito, una fuente de consuelo y fortaleza en los momentos de duda y desesperación. En tu costado abierto, oh Jesús, veo brotar la fuente de la vida eterna que derramaste para la salvación del mundo.”
Este texto, recitado en voz baja por muchos, encapsula la esencia del besapiés: una búsqueda de consuelo y fortaleza ante el misterio de la Redención.
Preparando el camino hacia la Semana Santa 2025
La Hermandad ha subrayado que este acto marca un inicio de los preparativos para la Semana Santa 2025. “Es un símbolo de esperanza. Tras años de distancia, volvemos a sentir que la comunidad se une en torno a su fe”.
Además, la restauración de la imagen ha permitido reforzar su papel como eje de las procesiones cuaresmales. Se espera que el Cristo de la Buena Muerte recorra las calles de Almagro con renovado brillo durante el Viernes Santo, acompañado por saetas y el repicar de tambores.
Un legado que trasciende generaciones
Para los almagreños, este besapiés no solo es un acto religioso, sino un vínculo con su historia. La Ermita de Santa Ana, ha sido testigo de siglos de devoción, y su arquitectura sobria contrasta con la intensidad emocional que alberga cada Cuaresma. “Aquí se forja la memoria de nuestro pueblo. Cada beso a la imagen es un hilo que teje nuestro pasado y futuro”, comentó una joven participante.
Mientras la Semana Santa 2025 se acerca, este reencuentro con el Santísimo Cristo de la Buena Muerte anuncia un año lleno de espiritualidad, arte y comunidad, consolidando a Almagro como faro del patrimonio religioso.