En la tarde de este viernes, el Ateneo de Almagro se convirtió en un auténtico homenaje a la memoria visual del municipio con la celebración de una esperada charla-coloquio sobre el Archivo Fotográfico de Luís Palomino, uno de los fotógrafos más representativos de la historia reciente de la localidad. El evento, que tuvo lugar en la sede del Ateneo, situada en la céntrica calle de San Agustín, atrajo a un numeroso público local que no quiso perderse esta ventana al pasado.
La expectación generada se tradujo en una participación destacada de vecinos almagreños, muchos de los cuales acudieron movidos por el deseo de reconocerse en las imágenes proyectadas, o simplemente por la admiración hacia el legado de este profesional de la fotografía.
Un legado fotográfico de valor incalculable
El acto fue conducido por Juan Palomino Bautista, hijo del fotógrafo homenajeado, quien estuvo acompañado por Roberto Mendès, presidente del Ateneo de Almagro. A lo largo de la charla-coloquio, ambos guiaron a los asistentes por un recorrido visual dividido por temáticas tan arraigadas en el sentir almagreño como los carnavales, la arquitectura local, manifestaciones religiosas, actividades culturales o retratos de personajes destacados.
En total, se proyectaron cerca de un centenar de fotografías cuidadosamente seleccionadas del periodo comprendido entre 1975 y 2008, apenas una muestra representativa de un archivo colosal que se estima en más de 600.000 imágenes, captadas a lo largo de más de tres décadas.
Juan Palomino explicó que actualmente ha logrado digitalizar, clasificar y datar alrededor de 30.000 fotografías, lo que supone apenas el 5% del total. Una labor ardua que, sin duda, pone en valor el compromiso personal del hijo por conservar el inmenso trabajo de su padre.
Una proyección cargada de emoción y nostalgia
Durante la proyección de las imágenes, muchas personas del público se identificaron en las fotografías o reconocieron a familiares, amigos y escenarios del pasado. Las emociones afloraron entre los asistentes, que revivieron momentos únicos, desde celebraciones populares hasta estampas cotidianas que forman parte del alma colectiva de Almagro.
Esa mezcla de nostalgia, emoción y orgullo colectivo sirvió como catalizador para una reflexión final que tanto Juan Palomino como Roberto Mendès quisieron compartir con los presentes.
Llamamiento a las instituciones y vecinos: el archivo como patrimonio colectivo
Ambos coincidieron en lanzar un llamamiento a la ciudadanía y a la administración pública local para que se sumen al esfuerzo de recuperación, conservación y difusión de este valioso patrimonio gráfico. Se invitó a todos a implicarse en la creación de un archivo fotográfico local que recoja la historia visual del pueblo.
Se trataría de una iniciativa de gran interés cultural y educativo, que no solo permitiría conservar una parte esencial del pasado reciente de Almagro, sino también acercar a las nuevas generaciones una mirada directa a cómo eran sus calles, sus fiestas, su gente.
Luís Palomino
Nacido en Almagro el 2 de febrero de 1943, Luís Palomino inició su trayectoria fotográfica a finales de los años 50 como fotógrafo “minutero”, recorriendo pueblos de Toledo y Cáceres con su cámara al hombro. En los años 60 se estableció en Toledo, donde abrió su propio estudio-laboratorio en el Callejón de San Pedro. Años después, regresó a su pueblo natal, donde trabajó incansablemente hasta su jubilación en 2008. Su último estudio se encontraba en la calle Feria de Almagro.
Fallecido el 9 de septiembre de 2016, su legado permanece vivo en cada una de las instantáneas que tomó. Gracias a esta labor de recuperación iniciada por su hijo, hoy su archivo no solo es una colección de imágenes, sino también una cápsula del tiempo que encierra la memoria de todo un pueblo.
Este evento ha dejado patente que la fotografía no solo captura rostros o paisajes, sino que preserva el alma de una comunidad entera, haciendo eterno aquello que parecía efímero. En Almagro, ese legado lleva el nombre de Luís Palomino.