El debate en torno a la limpieza del río Pellejero, a su paso por Torralba de Calatrava, ha desatado un enfrentamiento entre el Ayuntamiento, liderado por su alcaldesa María Antonia Álvaro, y la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La controversia surge tras la negativa de la CHG a realizar trabajos de limpieza en el cauce, alegando que este se encuentra en buen estado y que no requiere intervención inmediata.
La posición del Ayuntamiento: Preocupación por la seguridad de la población
La alcaldesa María Antonia Álvaro expresó su inquietud por el riesgo que supone la acumulación de maleza en el cauce, especialmente ante las lluvias previstas para esta temporada. Según Álvaro, esta situación no solo amenaza la biodiversidad, sino que también incrementa la posibilidad de inundaciones y eleva el riesgo de incendios.
En una carta enviada el pasado 7 de noviembre al presidente de la CHG, la alcaldesa solicitó la intervención urgente para restaurar la capacidad del río de manejar el escurrimiento natural, especialmente en los tramos cercanos a los puentes. “Es fundamental actuar sin demora para evitar daños mayores”, indicó.
Álvaro lamentó la respuesta del organismo, que, tras una inspección técnica, aseguró que el cauce no presenta elementos artificiales ni vegetación que interfieran con el libre flujo del agua. Ante esta postura, la alcaldesa tachó a la CHG de mostrar una “falta de sensibilidad y compromiso” con la seguridad de la población.
La respuesta de la Confederación Hidrográfica del Guadiana
El presidente de la CHG, Samuel Moraleda, respondió mediante una nota pública en la que defiende la posición del organismo. Moraleda señaló que el escrito del Ayuntamiento hace referencia a un tramo específico del río que sí presenta acumulación de lodos y vegetación herbácea, para el cual la CHG está dispuesta a autorizar la limpieza si el Ayuntamiento lo solicita formalmente.
Sin embargo, Moraleda criticó duramente las acusaciones de la alcaldesa, calificándolas de precipitadas y mal fundamentadas. Según la CHG, el estado general del cauce aguas arriba de Torralba es adecuado, y las intervenciones que se piden, como la eliminación de vegetación seca, podrían tener efectos contraproducentes al aumentar la velocidad del agua en caso de crecida, generando una falsa sensación de seguridad.
Además, Moraleda destacó que el Ayuntamiento ha ejecutado, sin autorización, pasarelas sobre el cauce, lo que podría dificultar futuros trabajos de mantenimiento y limpieza.
Los riesgos de las inundaciones y la gestión de los cauces
La polémica cobra especial relevancia tras los recientes episodios de lluvias torrenciales en la provincia de Valencia, que han causado devastadoras inundaciones. Ante estos antecedentes, la alcaldesa insiste en la necesidad de adoptar medidas preventivas que minimicen los riesgos.
No obstante, la CHG subraya que su enfoque se basa en criterios técnicos y en la priorización de los cauces que realmente presentan riesgos inminentes para las poblaciones. Moraleda recordó que la cuenca gestionada por la Confederación abarca más de 55,000 km² y que las intervenciones deben centrarse en zonas donde el peligro sea mayor.
El camino a seguir: Limpieza local autorizada
Ante el rechazo de la CHG a intervenir directamente, la alcaldesa ha anunciado que el Ayuntamiento solicitará autorización para limpiar los tramos de 50 metros aguas arriba y abajo de los puentes. Álvaro espera que la Confederación no imponga obstáculos a esta medida y que puedan llevarse a cabo los trabajos necesarios para prevenir incidentes.
Por su parte, Moraleda aseguró que la CHG no tiene inconveniente en autorizar estas acciones siempre que se respeten las normativas y se garantice que las intervenciones no generen efectos adversos.
Un conflicto recurrente en la gestión de recursos hídricos
El enfrentamiento entre Torralba de Calatrava y la CHG es un ejemplo de las tensiones que surgen en la gestión de los recursos hídricos y las infraestructuras asociadas. Mientras que los municipios buscan soluciones rápidas para proteger a sus vecinos, los organismos técnicos, como la Confederación, abogan por un enfoque más prudente y sostenible, basado en criterios científicos y la experiencia acumulada.
La coordinación entre administraciones será clave para resolver este conflicto y garantizar que las necesidades locales y los principios técnicos converjan en medidas efectivas que beneficien a todos los involucrados.
Respuesta íntegra de Samuel Moraleda. Presidente de la CHG
“FALTA DE SENSIBILIDAD Y COMPROMISO
Son las palabras que dirige la alcaldesa de Torralba de Calatrava a la Confederación Hidrográfica del Guadiana tras recibir un escrito de este organismo en el que, tras comprobar el estado del cauce del arroyo Pellejero, señala que no existen elementos artificiales depositados que alteren la dinámica fluvial. Antes de lanzar estas acusaciones debería haber comprobado que el referido escrito está firmado con anterioridad a la solicitud remitida por el ayuntamiento.
De esta manera se pone la venda antes de la herida. Y es que cuando se producen intensas precipitaciones y se desborda un cauce la escusa es perfecta: el arroyo no estaba limpio y se dirige la mirada a la CHG que no hace el trabajo que le corresponde.
Esta nueva solicitud se refiere a un tramo de arroyo aguas abajo de la población que efectivamente se ha comprobado que presenta acumulación de lodos a la altura del aliviadero del colector municipal, para lo cual esta CHG no tendrá inconveniente alguno en autorizar su retirada al ayuntamiento. También se observa vegetación de porte herbáceo y algún pie arbóreo que no dificulta en ningún caso el libre discurrir de las aguas.
La CHG administra decenas de miles de km de ríos y arroyos en una cuenca hidrográfica que supera los 55.000 km2 y prioriza, a través del programa de conservación y mantenimiento de cauces, aquellas actuaciones más urgentes para minimizar posibles daños sobre todo a poblaciones. Las “limpiezas” que se realizan se refieren exclusivamente a basuras u otros residuos artificiales, en ningún caso se retira la vegetación asociada, incluso la seca, ni se dragan los sedimentos ya que convertiríamos el cauce en un canal donde la velocidad del agua en caso de crecida aumentaría considerablemente y con ello la peligrosidad, creando una falsa seguridad de protección.
En visita reciente he comprobado que el tramo del arroyo Pellejero a que se refiere el escrito que remite la CHG, aguas arriba de la población, se encuentra en muy buen estado de conservación, sin elementos antrópicos ni vegetación alguna que pueda interferir en el libre discurrir de las aguas ante una crecida ordinaria; y también cómo el ayuntamiento, sin autorización de este Organismo, está ejecutando pasarelas sobre el citado arroyo que dificultarán los trabajos de retirada de los arrastres que, en épocas de lluvia, pueden taponar los puentes. A Dios rogando y con el mazo dando.
Samuel Moraleda. Presidente de la CH”