Tras dos años de ausencia, la tradición taurina regresó con fuerza a Bolaños de Calatrava en una jornada marcada por la expectación, el ambiente festivo y la entrega de tres nombres de referencia en el panorama nacional: Manuel Jesús “El Cid”, David Fandila “El Fandi” y Aníbal Ruiz, quien reaparecía con notable coraje y el respaldo de la afición.
La plaza de toros de Bolaños de Calatrava volvió a acoger una corrida después de la experiencia fallida del pasado mes de abril, y lo hizo con un cartel de primer nivel diseñado por la empresa Mare Nostrum, organizadora con reconocida trayectoria en festejos taurinos. La apuesta se tradujo en un éxito artístico y de asistencia, con los tendidos presentando más de media entrada en una calurosa tarde de verano.
El público salió satisfecho con el espectáculo ofrecido, aunque el número de trofeos concedidos suscitó debate entre los aficionados más exigentes. Lo cierto es que los protagonistas no escatimaron esfuerzo ni entrega, brindando una tarde para el recuerdo en el coso bolañego.
En el plano artístico, David Fandila “El Fandi” volvió a erigirse en el artista de los tres tercios, mostrando su reconocida espectacularidad con un repertorio intenso que incluyó tres largas cambiadas de rodillas en el tercero. Su contundente actuación le permitió cortar cuatro orejas y salir como gran triunfador del festejo.
Manuel Jesús “El Cid”, fiel a su estilo clásico y templado, realizó lo más destacado de la tarde con su primer toro, aunque la espada le privó de premio. En el quinto de la tarde sí logró redondear su faena, cortando dos orejas que rubricaron su paso triunfal por Bolaños.
El capítulo más emotivo lo protagonizó Aníbal Ruiz, que regresaba a los ruedos con la afición local volcada a su favor. Pese a reaparecer con dos costillas fracturadas, el torero de Ciudad Real se mostró entregado y valiente, aunque la suerte de la espada le impidió mayor premio en su primero. En su segundo, logró cortar una oreja, despertando la ovación unánime de los tendidos.
Los toros de la ganadería Las Monjas ofrecieron un conjunto variado y bien presentado, destacando especialmente el segundo y el tercero, que permitieron mayor lucimiento a los diestros.
Este festejo marca el inicio de una nueva etapa para la afición taurina de Bolaños de Calatrava, que ha vuelto a vibrar con la esencia de la fiesta nacional tras dos años de ausencia.