Ayer domingo, Bolaños de Calatrava vivió una de sus jornadas más solemnes, emotivas y participativas del calendario litúrgico: la celebración del Corpus Christi, una festividad que volvió a congregar a centenares de vecinos en una muestra de fe, arte efímero y fervor popular que impregnó cada rincón del municipio.
Desde primeras horas del día, las calles se transformaron en un tapiz vivo gracias al esfuerzo y la creatividad de vecinos, hermandades y asociaciones culturales, que trabajaron codo con codo para decorar el itinerario de la procesión con alfombras de sal de colores, pétalos de flores y dibujos simbólicos elaborados con albero, una tradición profundamente arraigada en la localidad que despierta admiración cada año.
La Eucaristía celebrada a las 11:00 horas en la Parroquia de San Felipe y Santiago marcó el inicio oficial de la jornada. Tras la misa, dio comienzo la procesión del Corpus Christi, encabezada por el Santísimo bajo palio y acompañado por autoridades civiles, religiosas y las hermandades locales, en una manifestación pública de fe que volvió a llenar de solemnidad las calles.
Entre las autoridades presentes, el alcalde de Bolaños de Calatrava, Miguel Ángel Valverde, quien, junto al resto de la Corporación Municipal, quiso acompañar al pueblo en una jornada que trasciende lo religioso para convertirse también en un símbolo de identidad colectiva, de cohesión social y de amor por las tradiciones.
Uno de los momentos más significativos fue, sin duda, la participación de los niños que este año han hecho su Primera Comunión, vestidos de blanco, simbolizando la pureza y la continuidad de la fe católica en las nuevas generaciones. Su presencia fue aplaudida por los numerosos vecinos que, desde los balcones engalanados con colchas y flores, o a pie de calle, siguieron con respeto y emoción el paso del Santísimo Sacramento.
El Corpus en Bolaños es una expresión viva del arte popular, de la colaboración vecinal y de un patrimonio inmaterial que se transmite de generación en generación.