Bolaños de Calatrava vivió el pasado domingo uno de sus momentos más intensos y emotivos del calendario litúrgico local: la Procesión de la Octava del Corpus Christi, una festividad que mantiene viva una de las tradiciones más ancestrales del municipio.
El barrio de Santa María volvió a convertirse en el centro de la devoción, donde cada rincón fue adornado con mimo y entusiasmo. Las calles fueron engalanadas con más de siete alfombras artesanales, confeccionadas con albero, sal de colores, flores naturales y plantas aromáticas, generando un espectáculo visual y olfativo que deleitó tanto a los participantes como a los asistentes.
Un total de 16 altares fueron levantados a lo largo del recorrido, una tarea compartida entre particulares, vecinos del barrio y las distintas Hermandades de Bolaños de Calatrava, que trabajaron durante días para honrar a Jesús Sacramentado en su paso solemne.
La procesión contó con la participación del alcalde Miguel Ángel Valverde y otros representantes de la Corporación Municipal, quienes, junto a cientos de vecinos, acompañaron al Santísimo Sacramento en su itinerario por las principales calles del municipio.
Especial protagonismo tuvo la participación de la Hermandad de la Santa Esclavitud, que encabezó el cortejo junto a los niños y niñas que este año han recibido su Primera Comunión, vestidos con sus trajes de gala y portando cestos de pétalos, aportando la inocencia y pureza que caracteriza a esta celebración.
La Banda de Música Maestro Víctor Sancho fue la encargada de poner el acompañamiento musical a la procesión, aportando solemnidad a cada paso, mientras las campanas de la iglesia repicaban al unísono en señal de júbilo.
