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lunes, noviembre 4, 2024

Almagro recuerda el terremoto de Lisboa de 1755: Un acto de gratitud y solidaridad en el Día de Todos los Santos

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Cada 1 de noviembre, Almagro honra la memoria de aquellos días de terror que trajo consigo el devastador terremoto de Lisboa de 1755, una tragedia que marcó profundamente a la ciudad y que, casi tres siglos después, sigue presente en la memoria colectiva de sus habitantes. Coincidiendo con el Día de Todos los Santos, los almagreños se reúnen en la iglesia Madre de Dios para agradecer la protección de su Patrona, Nuestra Señora de las Nieves, en un acto de fe que mantiene viva la tradición y une a la localidad.

El alcalde de Almagro, Francisco Javier Núñez, junto a una representación de la Corporación Municipal, encabezó este sentido homenaje durante la tradicional misa del Voto, un evento que no solo ha recordado la tragedia de hace 268 años, sino que también se ha convertido en un momento de solidaridad y esperanza para quienes hoy enfrentan sus propias tragedias, como los afectados por la reciente DANA en Valencia.

El Terremoto de Lisboa de 1755: Un sismo que dejó huella en Almagro

El 1 de noviembre de 1755, en pleno Día de Todos los Santos, un terremoto de magnitud sin precedentes sacudió Lisboa y afectó gravemente a varias zonas de la Península Ibérica. Con una duración y virulencia devastadoras, el sismo provocó la muerte de entre 60.000 y 100.000 personas, destruyó casi por completo la ciudad de Lisboa y se sintió en numerosas localidades españolas, entre ellas Almagro.

En Almagro, las consecuencias del terremoto también fueron desoladoras. Aunque la ciudad no fue tan afectada como Lisboa, el sismo causó la muerte de dos niñas y provocó importantes daños en edificios históricos, algunos de los cuales aún muestran las cicatrices de aquella fatídica jornada. Uno de los daños más significativos fue el colapso de la Iglesia de San Bartolomé, ubicada en lo que hoy son los jardines de la Plaza Mayor. La Iglesia de San Agustín también sufrió daños notables; sus muros y techos presentan fisuras visibles hasta el día de hoy, recordando el impacto de aquella tragedia.

Misa del Voto: Un acto de fe y agradecimiento por la protección de la Patrona

La misa del Voto es una tradición instaurada en Almagro como un acto de gratitud por la protección de su Patrona, Nuestra Señora de las Nieves. Desde el devastador terremoto de 1755, esta ceremonia se ha convertido en una ocasión para que la localidad exprese su devoción y agradezca la protección divina ante las adversidades. En la Iglesia Madre de Dios, donde se encuentra la imagen de la Patrona, los almagreños se reúnen cada día de Todos los Santos para recordar lo sucedido y reafirmar su fe en tiempos difíciles.

Este año, como es costumbre, la misa del Voto fue oficiada por el párroco de la localidad, quien dirigió las oraciones en honor a las víctimas del terremoto y en agradecimiento por la protección brindada a la ciudad.

Un momento de solidaridad con los afectados por la DANA en Valencia

Además de recordar el terremoto de 1755, la misa del Voto de este año tuvo un matiz especial: fue también un momento de oración por los afectados por la reciente DANA en la Comunidad Valenciana. En un gesto de solidaridad, Almagro expresó su apoyo a las familias valencianas que han perdido hogares y seres queridos debido a las inundaciones y deslizamientos provocados por las lluvias torrenciales. Las oraciones y reflexiones incluyeron un mensaje de esperanza y unión, en un año marcado por la adversidad y la necesidad de apoyo entre comunidades.

La huella del terremoto de 1755 en el patrimonio de Almagro

Los efectos del terremoto de Lisboa en Almagro se pueden observar aún hoy en algunos de sus edificios históricos. Además de la destrucción de la Iglesia de San Bartolomé, otros monumentos de la ciudad resultaron gravemente dañados. En la Iglesia de San Agustín, construida en el siglo XVIII y famosa por su arquitectura barroca, los efectos del terremoto siguen siendo visibles. Dos fisuras en su techo, que han sido preservadas a lo largo de los años, recuerdan a los almagreños y a los visitantes el impacto de aquel día de horror.

A través de la preservación de estos daños estructurales, la ciudad ha logrado mantener viva la memoria de aquel suceso. Cada grieta y cada pared agrietada cuentan una historia de resistencia y recuperación, simbolizando la capacidad de Almagro para superar los tiempos difíciles y la importancia de recordar la historia para enfrentar el futuro.

»»»El devastador terremoto de Lisboa de 1755 y su impacto en Almagro, una crónica de fe y destrucción««

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