El Teatro Municipal de Almagro se vistió de gala en la noche de ayer para acoger uno de los actos culturales más emotivos y simbólicos de las últimas décadas: la conmemoración del 50 aniversario del CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral). Un evento cargado de reconocimiento, memoria y profundo respeto hacia la figura de su fundador, Luis Molina, cuya labor ha sido decisiva para consolidar a Almagro y al Campo de Calatrava como un eje fundamental del teatro iberoamericano en España.
El acto, celebrado a las 20:00 horas, partió de una iniciativa impulsada por Mayu Redondo, con la colaboración de Roberto Mendés y diversas personas ligadas al CELCIT, quienes quisieron honrar la trayectoria de una institución que ha marcado a generaciones de creadores, pedagogos y compañías teatrales a ambos lados del Atlántico.
Unos días antes, en la radio municipal, la poeta Mayu Redondo ya anticipaba el espíritu del homenaje: “Este reconocimiento, aunque llega un poco tarde, nunca es tarde si se realiza con cariño y justicia. Luis Molina ha luchado por el teatro mundial iberoamericano y su labor merece ser celebrada”.
Ovación al maestro del puente cultural entre España y Latinoamérica
El presidente del Ateneo, Roberto Mendés, encargó de presentar la gala. Tras sus primeras palabras, el público dedicó una larga ovación a Luis Molina, que permaneció de pie frente al atril antes de iniciar su intervención. Con la serenidad y emotividad que le caracterizan, Molina recordó algunos de los hitos y proyectos que marcaron su trayectoria en Europa y América Latina, destacando los grandes ejes que han guiado siempre su visión:
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La formación de la mujer y el hombre de teatro
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El teatro y la infancia
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El teatro y la universidad
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El teatro y el exilio
Como colofón a su discurso, Molina recitó un fragmento de un poema de Miguel Hernández, originalmente dedicado a Ramón Sijé, pero que en esta ocasión dedicó a la memoria de su compañera de vida y de proyectos, Elena Schaposnik, fallecida hace apenas unos meses.
Reconocimiento institucional a una trayectoria incansable
Tras una nueva ovación, el alcalde de Almagro, Francisco Ureña, subió al escenario para agradecer la labor de Molina, hablando en nombre del municipio y en representación de Aldea del Rey y Calzada de Calatrava. Sus palabras, de gran calado emocional, destacaron el impacto cultural del homenajeado:
“Mucha gente que ha venido hoy quiere agradecerte lo mucho que has hecho por la cultura y por el teatro; por la cultura en toda la amplitud del término, para Almagro y el Campo de Calatrava”.
Los tres municipios han solicitado de manera conjunta a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha un reconocimiento regional que ponga en valor la trayectoria de Molina y del CELCIT, su aportación al intercambio cultural entre España y Latinoamérica y su papel decisivo para situar a Almagro como un punto neurálgico del arte escénico iberoamericano.
En representación del cariño del pueblo de Almagro, Molina recibió un Quijote elaborado con material reciclado, una pieza única que se suma a su colección personal y que lleva inscrito el reconocimiento a los 50 años del CELCIT (1975-2025).
El Festival de Teatro de Cádiz también se quiso sumar al homenaje, enviando un galardón dedicado tanto a Luis Molina como a Elena Schaposnik. El premio fue recogido por Eduardo Ravara, hijo de Elena, quien emocionó a la sala al recordar con humor suave y afecto: “Seguro que mi madre no habría subido a recogerlo”, provocando sonrisas y asentimientos entre quienes bien la conocían.
CELCIT: cinco décadas como espacio de encuentro, formación y creación
A lo largo del acto, tomaron la palabra varias figuras vinculadas al CELCIT y a Luis Molina:
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Francisco Ortuño, encargado de la lectura del manifiesto del 50 aniversario
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José Manuel Villafaina, autor, director, gestor y crítico teatral
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Francisco del Río, expresidente del Ateneo
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Amparo Segovia
Todos coincidieron en resaltar el papel del CELCIT como motor cultural y como plataforma de unión entre creadores de ambos continentes. Talleres, giras, residencias artísticas, proyectos multidisciplinares como el Salón del Poema Ilustrado o el Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo han tejido una red de colaboración que ha influido de forma decisiva en la escena iberoamericana.
El expresidente del Ateneo, Francisco del Río, resumió con precisión el sentir general: “Luis es un hombre del Renacimiento, un humanista que cree en la cultura como herramienta para un mundo mejor. Luis es un Quijote: capaz de soñar y de hacernos soñar”.
Dos vídeos completaron las intervenciones: uno repasando la historia del CELCIT y otro repleto de mensajes llegados desde puntos de España y Latinoamérica de quienes no pudieron asistir en persona.
Teatro, poesía y música para celebrar un legado vivo
El homenaje, profundamente artístico, contó con la participación sobre el escenario de Baraka Teatro, L’Om Imprebís, El Taular Teatro y la Fundación Siglo de Oro, además de las voces poéticas de Fernando José Carretero, Juana Pinés y María José Redondo.
La música también tuvo un papel destacado:
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La vie en rose, interpretada por Roberto Méndez y Silvano Pagliuca-Mena, dedicada a Elena
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Dos gardenias, cantada por Soledad Ruel, pieza cargada de nostalgia y belleza
Un legado que trasciende generaciones
Durante 50 años, Luis Molina, junto a Elena Schaposnik y el CELCIT, ha sido un puente vivo entre España y Latinoamérica, promoviendo la circulación de artistas y proyectos culturales que combinan teatro, música, poesía y artes plásticas. Su huella en Almagro es profunda y perdurable: la ciudad es hoy un referente del teatro internacional gracias a su visión, su dedicación y su capacidad para fomentar el diálogo artístico entre ambos continentes.
Almagro, en nombre de todos sus vecinos y de la comunidad cultural que se dio cita en esta histórica celebración, felicita al CELCIT por su medio siglo de impulso cultural y agradece la labor incansable de Luis Molina y Elena Schaposnik, cuyo impacto continúa enriqueciendo la escena teatral iberoamericana.
