El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, visitó en la mañana de este miércoles la localidad de Almagro para conocer de primera mano el Palacio de los Marqueses de Torremejía, una de las joyas arquitectónicas más singulares de la región, que inicia hoy su expediente de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento, según publica el Diario Oficial de Castilla-La Mancha con fecha de hoy.
La visita comenzó a las 11:00 horas en la Plaza de Santo Domingo, donde se levanta el palacio, y donde el presidente fue recibido por el alcalde de Almagro, Francisco Ureña, y la concejala de Cultura, Marian Ureña, así como por el arquitecto responsable de las mejoras del edificio, Federico Pérez Parada, y el almagreño Santos Romero, acompañados por diversos miembros de la Junta y autoridades locales. También estuvo presente el Rector Honorario de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Arroyo Zapatero, quien destacó la relevancia cultural y simbólica del edificio dentro del patrimonio académico y artístico de la región.
Durante la visita guiada, García-Page pudo apreciar en detalle los elementos arquitectónicos y ornamentales que hacen del Palacio de los Marqueses de Torremejía un referente del Renacimiento castellano-manchego, destacando su artesonado, las decoraciones murales y la riqueza de sus patios interiores. El presidente subrayó “la importancia de proteger y poner en valor estos espacios que son la memoria viva de Castilla-La Mancha y una pieza fundamental de su identidad cultural”.
Un emblema arquitectónico de Almagro
El Palacio de los Marqueses de Torremejía, ubicado en la Plaza de Santo Domingo nº 1, ocupa una posición central en el casco urbano de Almagro. Su origen se remonta al siglo XV, con una profunda transformación en el siglo XVI a cargo del primer marqués de Torremejía, y una ampliación significativa en el siglo XVIII, cuando se incorporaron los terrenos del antiguo Hospital de las Ánimas, conformando el conjunto monumental tal y como se conoce en la actualidad.
La fachada principal, de gran equilibrio y elegancia, domina la plaza con una portada renacentista de doble altura, en piedra blanca, que se distingue por su espléndido trabajo escultórico y su decoración heráldica. Los escudos de los linajes Pisa, Osorio, Villarreal y Zúñiga presiden el acceso, recordando la genealogía noble de sus antiguos propietarios. Su balcón central, sostenido sobre cabezas zoomorfas, presenta una rica ornamentación de motivos florales, mascarones y columnas abalaustradas que reflejan la maestría artística del periodo.
En su interior, el edificio se articula en torno a dos patios, uno principal y otro secundario, siguiendo la tradicional traza mudéjar. El zaguán descentrado y las galerías porticadas conservan aún los suelos originales de engorronado, las decoraciones polícromas y los alfarjes que testifican la evolución estética del palacio a lo largo de los siglos. Las intervenciones de restauración recientes han permitido recuperar gran parte de la suntuosidad original del conjunto, devolviendo al inmueble su carácter de residencia noble y su potencial como espacio de proyección cultural y turística.
Compromiso con la conservación del patrimonio
Durante su intervención, García-Page destacó que la declaración del Palacio de los Marqueses de Torremejía como Bien de Interés Cultural “supone no solo un reconocimiento a su valor histórico y artístico, sino también una apuesta firme por la conservación y el impulso del patrimonio regional como motor de desarrollo y cohesión territorial”.
El arquitecto Federico Pérez Parada detalló algunos aspectos técnicos de la restauración, orientada a “respetar la estructura original del edificio y recuperar su autenticidad material, conjugando técnicas tradicionales con criterios actuales de conservación”.
Un día histórico para Almagro
La visita institucional concluyó con un recorrido a pie hasta el Teatro Municipal, donde el presidente de la Junta presidió el acto conmemorativo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, reafirmando el compromiso del Ejecutivo autonómico con la igualdad de oportunidades y el fortalecimiento del medio rural.
La jornada quedará marcada como un día histórico para Almagro, en el que la ciudad renueva su vínculo con la historia y el arte, y en el que el Palacio de los Marqueses de Torremejía se consagra como un símbolo de la identidad cultural de Castilla-La Mancha, abierto al futuro sin olvidar su espléndido pasado.
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