En los últimos días, la provincia de Ciudad Real ha sido sacudida por una noticia que ha generado un creciente malestar en la población. La propuesta del Gobierno de España de construir un Centro de Atención de Migrantes en las instalaciones del Aeropuerto de Ciudad Real ha desatado una auténtica alarma social, con ciudadanos y autoridades locales manifestando su preocupación e indignación. La noticia, que comenzó a circular en los medios de comunicación, ha puesto en el punto de mira a la comarca del Campo de Calatrava y la provincia de Ciudad Real. Lo que muchos temen que sea un nuevo golpe para la región ha encendido el debate público, y ha hecho que muchos se pregunten qué hay detrás de esta polémica decisión.
“Cuando el río Suena, agua lleva”
El viejo refrán castellano “cuando el río suena, agua lleva” parece cobrar más sentido que nunca en Ciudad Real. Los rumores, que en un principio parecían ser solo eso, fueron confirmados por diversos medios de comunicación, tanto locales, provinciales como nacionales. Ya no se trata de un “bulo” o una “fake news”, sino de una realidad que está generando preocupación en toda la comarca y provincia. La posibilidad de que se construya un centro para acoger a más de 3.000 inmigrantes, menores no acompañados (menas) y refugiados políticos en el Aeropuerto de Ciudad Real ha sembrado inquietud no solo entre los vecinos, sino también entre las autoridades locales, provinciales y regionales.
Un proyecto del gobierno que genera inquietud
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones anunció a principios de octubre la construcción de 17 nuevos Centros de Atención de Migrantes en diversas provincias de España, y Ciudad Real ha sido uno de los lugares seleccionados. Estos centros, que se financiarán con 215 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ofrecerán alojamiento, manutención, servicios sociales y sanitarios a los inmigrantes que lleguen a territorio español. Sin embargo, este anuncio no ha caído bien entre los habitantes del Campo de Calatrava, que ven en esta iniciativa un potencial riesgo para la seguridad y estabilidad de sus pueblos.
Las poblaciones más cercanas al Aeropuerto, como Ballesteros de Calatrava, Cañada de Calatrava, Villar del Pozo, Caracuel, Pozuelo de Calatrava, o Granátula de Calatrava entre otros, así como la propia capital de Ciudad Real, han expresado su malestar ante esta situación. Los vecinos se sienten ignorados y consideran que la decisión ha sido tomada sin consultar a las comunidades locales, a las que afectará directamente.
Indignación por las formas del gobierno central
La indignación no solo se centra en la creación del centro en sí, sino también en las formas en las que el Gobierno de Pedro Sánchez ha gestionado la situación. Los críticos acusan al Ejecutivo de lanzar globos sonda para medir la reacción social, mientras niegan la realidad de los hechos. “Primero lanzan la piedra, niegan la evidencia, y después, a base de mentiras, imponen sus decisiones”, señalan algunos de los afectados.
Esta estrategia, según los críticos, ha sido una constante en la gestión del actual gobierno. Lo que más molesta a la ciudadanía es la sensación de ser tratados como simples espectadores de decisiones que cambiarán su entorno, sin tener voz ni voto. Esta falta de diálogo y transparencia está alimentando un creciente malestar en la zona.
La inacción del gobierno regional y los representantes de nuestra provincia en el gobierno central
Lo que también ha causado sorpresa y enfado en Ciudad Real es la aparente pasividad del Gobierno de Castilla-La Mancha ante la situación. El presidente regional, Emiliano García-Page, parece estar “chuleado” por su propio partido, según señalan algunos analistas, ya que hasta el momento no ha habido una declaración firme sobre el tema. Los ciudadanos se preguntan si el gobierno regional realmente no tenía conocimiento de esta propuesta o si ha preferido mantenerse al margen, lo que estaría generando tensiones internas en el Partido Socialista.
A esto se suma el descontento hacia cierta representante provincial que ostentan un cargo importante en el gobierno central, pero que parece haber abandonado los intereses de su tierra natal. Los vecinos critican la actitud de quienes, en lugar de defender su provincia, parecen haber priorizado sus intereses personales, “alimentando la máquina del fango” en la que se ha convertido, según muchos, el gobierno central.
Impacto en la comunidad y temores por la seguridad
Uno de los principales temores de los ciudadanos es el impacto que la creación de un Centro de Atención de Migrantes podría tener en la seguridad y calidad de vida de la comarca. Aunque los centros están destinados a ofrecer refugio y atención a los inmigrantes, muchos en la región temen que la llegada masiva de personas genere un aumento de la inseguridad y tensiones sociales.
Los habitantes de la comarca del Campo de Calatrava se sienten desprotegidos y vulnerables ante lo que perciben como una imposición del gobierno central. “Nos tratan como los tontos del pueblo”, aseguran algunos vecinos, que ven en esta situación un reflejo más de la falta de atención y respeto hacia las zonas rurales por parte de las autoridades. La indignación crece, pero al mismo tiempo, muchos sienten que no podrán hacer nada para frenar lo que ya parece ser un hecho consumado.
El derecho a la protesta: ¿Habrá movilización?
Pese a la indignación, el descontento aún no ha cristalizado en grandes movilizaciones. Los vecinos de Ciudad Real y de la comarca del Campo de Calatrava tienen claro que se juegan mucho, pero también expresan un cierto pesimismo sobre la posibilidad de unirse para protestar. “Solo nos queda el derecho a la pataleta”, comentan algunos, mientras otros se preguntan si la comunidad será capaz de organizarse para reclamar sus derechos, su libertad y, sobre todo, su seguridad.
Conclusión: Un futuro incierto
La polémica sobre la construcción del Centro de Atención de Migrantes en el Aeropuerto de Ciudad Real está lejos aun de resolverse. Mientras tanto, los vecinos de la comarca observan con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos. El tiempo dirá si los temores son fundados o si el gobierno logrará tranquilizar a una población cada vez más alarmada. Pero una cosa es segura: la confianza en las autoridades está más debilitada que nunca, y la sensación de que “nos la van a meter bien metida” se ha instalado profundamente en el ánimo de los ciudadanos de Ciudad Real.
