La vida política de Almagro se ha visto sacudida por un inesperado movimiento sísmico: la presentación de una moción de censura contra su actual alcalde, Francisco Javier Núñez. En una entrevista concedida a la emisora local, el primer edil no ha dudado en alzar la voz, denunciando una maniobra “injustificada” y fruto de un pacto “antinatura” entre fuerzas políticas antagónicas durante décadas.
Con la serenidad tensa de quien se enfrenta a una tormenta inminente, Francisco Javier Núñez abrió los micrófonos para ofrecer su perspectiva sobre este turbulento episodio que culminará el próximo lunes 19 de mayo en un pleno extraordinario crucial. La moción, registrada hace poco más de una semana por los grupos municipales del PSOE y Por Almagro, ha generado una ola de incertidumbre entre los vecinos, quienes ahora esperan respuestas y claridad ante este vuelco político.
“Para entender cómo hemos llegado a esta situación, es crucial recordar los contundentes resultados electorales de 2023”, comenzó explicando Núñez, rememorando la clara voluntad de cambio expresada por los ciudadanos de Almagro en las urnas. Con una diferencia de mil votos a favor de las tres formaciones que abogaban por una nueva etapa (Partido Popular, Por Almagro y Vox), el mensaje de la ciudadanía parecía inequívoco.
Tras la victoria, el Partido Popular, encabezado por Núñez, llegó a un acuerdo de gobierno con Por Almagro, un partido que, en sus propias palabras, se presentó “directamente contra un candidato”, en clara alusión al anterior alcalde socialista. “Nosotros llegamos con un programa electoral, mientras que Por Almagro se centró en la confrontación. Creemos que por eso obtuvimos un mayor respaldo, porque los ciudadanos quieren propuestas, no disputas”, reflexionó el alcalde.
Sin embargo, la luna de miel en el equipo de gobierno no duró. Núñez relató cómo, desde los primeros compases de la legislatura, comenzaron a surgir problemas de sintonía entre los concejales, llegando incluso a la salida de una edil de Por Almagro, dejando a Genaro Galán como único representante de su grupo. “Hubo enfrentamientos que nos llevaron a tensiones con instituciones y asociaciones. En el último pleno, incluso me retiraron el micrófono, una falta de respeto inasumible y una constante deslealtad dentro del equipo de gobierno”, lamentó con visible frustración.
El alcalde fue tajante al definir su concepto de lealtad: “No hablo de sumisión, sino de trabajar conjuntamente por el interés de Almagro, colaborando y no entorpeciendo el trabajo de los demás. Y eso no estaba ocurriendo”. Esta situación, que culminó con la decisión de apartar del equipo de gobierno a quienes, a su juicio, perjudicaban los intereses de la ciudad, sienta las bases para la actual moción de censura.
La sorpresa y la incomprensión marcan la reacción de Núñez ante la unión de fuerzas entre el PSOE y quien fuera su socio de gobierno. “¿Cómo es posible que personas con un largo historial de confrontación judicial y personal ahora pretendan hacernos creer que se van a entender por el bien de Almagro? Es algo que nadie se cree”, sentenció con incredulidad.
Para el alcalde, esta maniobra responde a una estrategia del Partido Socialista a nivel superior para “callar la voz del pueblo de Almagro”, volviendo a un modelo de gestión que, según su criterio, no defendió las tradiciones locales ni alzó la voz ante la pérdida de servicios esenciales como las estancias diurnas. Precisamente, Núñez destacó como un logro de su gestión la recuperación de este servicio, tras un año de gestiones con la Junta de Comunidades.
La presentación formal de la moción de censura no fue esperada por el alcalde, quien reconoce la capacidad del PSOE para “tragarse sus palabras” y el interés de su ex socio por mantenerse en el consistorio. Núñez recordó una conversación previa a la investidura, donde el entonces alcalde socialista les advirtió sobre su alianza con Por Almagro. “Hace dos años, a ellos les llamaron y no atendieron la llamada. ¿Qué ha cambiado ahora?”, se preguntó retóricamente, sugiriendo que la estabilidad económica y la recuperación de servicios lograda por su equipo son ahora el objetivo de otros.
“Cuando nosotros cogimos el ayuntamiento, no había liquidez, no se pagaba a proveedores, se habían perdido servicios… Dos años después, el panorama es muy diferente. El ayuntamiento está saneado, los servicios recuperados, hay inversiones preparadas y una buena gestión económica que nos ha dado la confianza de proveedores e inversores”, defendió con orgullo Núñez, contraponiendo la situación actual con la “dejadez absoluta” del anterior equipo de gobierno, incapaz incluso de gestionar sus propias ferias. “Todo eso lo recondujimos, y ahora quieren venir a parasitarlo”, añadió con amargura.
El impacto de esta situación en el día a día del ayuntamiento es innegable. La moción de censura “corta de raíz todas las relaciones” generadas por el actual equipo de gobierno, afectando a la llegada de congresos, la colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha (que trajo más cursos de verano que ningún otro municipio de la provincia) y la continuidad de iniciativas como las residencias artísticas vinculadas al Festival Internacional de Teatro Clásico. “Muchas actividades que estaban trabajándose para todo el año han quedado paralizadas por la incertidumbre”, lamentó el alcalde.
Núñez insistió en la falta de justificación de la moción: “Cuando uno echa a un alcalde, lo hace por motivos graves. Aquí no hay motivos, solo la intención de salir en la foto”. Criticó a quienes, viendo “escapar el tren”, han decidido “montarse en marcha”, perjudicando los intereses de toda una ciudad por una ambición personal.
Ante la sorpresa de muchos vecinos, el alcalde explicó el procedimiento legal tras la presentación de una moción de censura: diez días hábiles para convocar el pleno extraordinario, donde solo los concejales votarán. Con un consistorio dividido en 13 ediles (seis del PSOE, cinco del PP, Conchi Ledesma, y uno de Por Almagro), la situación se presenta como un empate técnico, donde el voto del único concejal de Por Almagro se antoja decisivo.
De cara al pleno del lunes, Núñez reconoce que la presentación de la moción con siete firmas sugiere un acuerdo previo. Sin embargo, lamenta la falta de explicaciones por parte de los proponentes, quienes no han detallado los motivos para su decisión ni el programa alternativo que ofrecen. “En dos años de legislatura, con proyectos que tardan en ejecutarse, no hay margen. Nosotros dejamos mucho por hacer, y entre que ellos llegan y preparan su trabajo, se pasa la legislatura. Esta moción no tiene ningún sentido”, aseveró con firmeza.
El alcalde lanzó un llamamiento a la reflexión a los concejales que apoyan la moción, instándoles a escuchar a los vecinos y a rectificar una decisión “perjudicial e injustificada” para Almagro. “El Partido Socialista viene a callar la voz de Almagro, cumpliendo órdenes de sus superiores. Lo entendemos, aunque no lo compartimos. Pero lo incomprensible es que personas con un largo historial de confrontación crean que van a aportar algo bueno a la ciudad”, insistió.
Más allá de la tormenta política actual, Francisco Javier Núñez realizó un balance “muy positivo” de sus casi dos años al frente del Ayuntamiento. Destacó la recuperación de espacios municipales deteriorados, el saneamiento de las cuentas (reduciendo 1,5 millones de euros de deuda y generando un superávit de más de 600.000 euros), la recuperación de servicios y tradiciones, y la puesta en marcha de importantes proyectos para el futuro, como la rehabilitación de la antigua universidad, la mejora del paseo de los toros, la renovación del campo de fútbol y el desarrollo de una nueva urbanización.
“Almagro puede mirar con optimismo al futuro. Hemos preparado grandes obras y hemos logrado que la ciudad esté viva los 365 días del año, con una actividad cultural constante y atrayendo turismo e inversión”, defendió con pasión el alcalde, mencionando la ampliación de servicios de conciliación, la creación de un espacio para jóvenes, la recuperación de la guardería y la adquisición de maquinaria para mejorar la estética de la ciudad.
Para finalizar la entrevista, Francisco Javier Núñez envió un mensaje directo a los vecinos de Almagro: “Les pido tranquilidad ante esta circunstancia extraordinaria e injustamente creada por personas que nunca se han entendido. Les pido que hagan saber a los promotores de la moción que no es el momento, siempre desde el respeto y la educación. Si quieren que continuemos al frente, que lo reivindiquen”.
El alcalde expresó su temor a que, de salir adelante la moción, Almagro quede “desorientado” en manos de quienes solo buscan un “oportunismo político” sin un verdadero interés por el bienestar de la ciudad. “Nos vamos con la sensación de que el pueblo de Almagro quedaría otra vez desorientado”, concluyó con un tono de preocupación sincera.
A pesar de la incertidumbre que planea sobre el futuro político de Almagro, Francisco Javier Núñez reafirmó su compromiso inquebrantable con su ciudad, asegurando que, desde el gobierno o desde la oposición, seguirá trabajando con “mucha fuerza” por el bienestar de todos los almagreños. La decisión final recae ahora en los 13 concejales, quienes el próximo lunes escribirán un nuevo capítulo en la historia política de esta emblemática ciudad manchega.