La emoción y la adrenalina están a flor de piel en Valdepeñas. Hoy, 10 de septiembre, ha dado comienzo una de las pruebas más exigentes del proceso selectivo para cubrir 30 plazas de bombero en el Servicio Contra Incendios y Salvamento (SCIS) de Ciudad Real: la prueba de control de vértigo.
Durante dos días, un total de 114 aspirantes pondrán a prueba sus límites físicos y mentales al enfrentarse a una autoescala desplegada a su máxima altura. Con el reloj en contra y los nervios a flor de piel, deberán demostrar que son capaces de superar el miedo a las alturas y ascender por la escalera hasta alcanzar la cima.
Un desafío que pone a prueba
La prueba de control de vértigo es un auténtico desafío para los aspirantes. La autoescala, una herramienta fundamental en el trabajo de un bombero, se convierte en un escenario donde la valentía y la determinación son clave. Los candidatos deberán demostrar no solo sus habilidades físicas, sino también su capacidad para mantener la calma bajo presión.
Un proceso selectivo exigente
Este proceso selectivo, que se inició a principios de junio con el examen teórico, ha ido reduciendo progresivamente el número de aspirantes. Tras superar las pruebas físicas y el examen teórico, los 114 candidatos que siguen en la carrera se enfrentan ahora a este nuevo reto.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar quiénes serán los afortunados que conseguirán una de las 30 plazas ofertadas. Tras superar la prueba de vértigo, los aspirantes deberán afrontar dos exámenes más: la conducción de camión y el desarrollo de un supuesto práctico.